Peppers (sskk)

I'm in love

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Luego de aquella situación, Akutagawa fingía estudiar, pero solo se la pasaba ocultando su rostro entre los libros mientras Atsushi observaba su celular. Era un ambiente bastante aburrido.

Pensó en formas de entablar una conversación con el peligris, pero nada bueno se le venía a la mente. Creía que luego de aquella salida, Atsushi lo terminaría bloqueando.

¿Primera salida? Ahora que lo pensaba, era la primera vez que pasaban tanto tiempo juntos y encima, fuera de aquella tienda.

Se animó entonces a decir en voz alta lo que se estaba preguntando interiormente.

— ¿Esto podría considerarse una cita?

El menor, algo tímido por la observación contestó.

— S-sí, o no sé. Nunca he ido a una cita.

En ese momento, Akutagawa dejó sus libros y los tiró todos arriba de la mesa, no podía creer lo idiota que había sido. Era obvio que Atsushi nunca tuvo citas, esta era la primera, y lo estaba arruinando por completo.

— ¿Qué pasa?— Preguntó el menor, curioso por el repentino cambio en el azabache.

— Esta es tu primera cita, debería ser inolvidable. — Y sin esperar a que el contrario responda, fue hacia la cocina y comenzó a sacar ingredientes de la heladera.

Atsushi se levantó y caminó hasta ahí, parándose cerca de la alacena.

— No es necesario.

— Claro que lo es. Voy a cocinarte mi plato especial.

La verdad que aunque decía que no era necesario, Atsushi realmente se estaba aburriendo, sentía que en cualquier momento o lo besaba sorpresivamente para volver a un ambiente de tensión como el de hace un rato, que en su situación, era mejor que uno aburrido, o hacía como que lo llamaban de urgencia y volvía a su casa.

Además, luego de aquella conversación sobre su virginidad, sintió que incomodó a Akutagawa y por ese motivo éste comenzó a leer e ignorarlo. No tenía idea de que alguien con una apariencia tan malota como era él, fuera tan reservado en esos temas.

Sus pensamientos se detuvieron cuando un olor a pollo frito comenzó a llenar la cocina.

— ¡Mmm!— Exclamó. — No puedo esperar.

— Si tienes mucha hambre, de entrada estoy cocinando papas, ya estarán en seguida.

— ¿Te gusta cocinar?

— En realidad no, pero cuando el hambre llama. — Sonrió. — Ve a sentarte, te serviré cuando esté listo.

Atsushi obedeció.

Unos cuarenta minutos después, un plato con dos pedazos de pollo, papas fritas y arroz al ajo con verduras fue presentado frente a él. Akutagawa acomodó los condimentos en la mesa y fue a buscar su plato para sentarse también.

— Provecho. — Dijo entonces, y comenzó a comer. Atsushi suspiró e imitó el gesto.

Sus ojos se abrieron de sorpresa, realmente estaba delicioso.

— Eres bueno como chef, Akutagawa. — Halagó y pudo divisar, por primera vez, como el azabache se sonrojaba hasta las orejas.

— Que bueno que te guste, es la primera vez que cocino para alguien más que para mí. Significa mucho.— Su voz iba siendo más apagada a medida que terminaba la oración.

Dios, Atsushi no debió escuchar aquello. Sintió tan vulnerable los sentimientos contrarios, nunca vio a Akutagawa así y eso debería de haberle parecido tierno, y lo fue, pero más se apoderó de él un sentimiento de orgullo que otra cosa.