Got a knife in my jacket, honey

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  Luego de aquella noche, cualquiera pensaría que ambos chicos se habían vuelto más cercanos, tal vez incluso novios.

  La realidad era que, ambos tenían un exceso de timidez en cuanto a lo romántico se trataba, por lo que verse era suficiente para acordarse de que Akutagawa habia tenido semen albino en la boca la semana pasada. Además, comprar cigarrillos ya no funcionaría. No tenían idea de qué hacer exactamente para volver a acercarse al contrario.

— ¿No crees que le estás dando demasiadas vueltas?— Habló entonces su compañera de trabajo.

—Es que... ¿qué crees que piense de mí? — Suspiró Atsushi— Me le tiré en la primera cita, Lucy.

—¿Y? Esa clase de ideas son tontas.

— No necesitas citas para tirártele a alguien, Atsushi. — Apoyó el otro chico, acomodándose los lentes.

— Incluso ahora, solo tienes que escribirle y preguntarle que tal está o mierdas como esa.

—No voy a hablarle yo primero.

—¡Ay por favor! No te las des de moralista, no te va.

Iban a seguir discutiendo, de no ser porque la campanita de la puerta sonó, anunciando la entrada de alguien. Los tres voltearon, para decepcionarse al segundo de notar que no era el azabache quien entraba.

Atsushi golpeó su cabeza por la mesa, frustrado.

— Es inútil. No vendrá.

— De todas formas, ya saben que se corresponden. Es cuestión de tiempo el que vuelvan a hablar. — Animó la mujer, palmeando la espalda contraria.

— Eso espero.

Uno.

Dos.

Tres semanas.

—¡No volveré a verlo nunca! — Lloriqueó el peligris en los brazos de su amigo. — ¿Es que acaso...

—¡No! Te prohíbo que pienses siquiera en esa posibilidad.

— Pero Ranpo...

— Estoy seguro que no es eso, ¿cuándo he fallado en mis predicciones?

Atsushi suspiró moqueando. Le dolía enserio, quería verlo otra vez. Akutagawa se veía tan lindo con él aquella noche, entonces...

¿Había dicho o hecho algo malo?

Al terminar su turno del viernes, tomó su chaqueta y salió por la puerta trasera del local.

— Hola... — Saludó entonces el motivo de sus muchas alusionaciones. Estaba recostado sobre la pared de a lado y tenía las manos metidas en un tapado negro— ¿Vienes?— Preguntó, sin esperar siquiera una respuesta.

Comenzó a caminar lentamente, y para cuando Atsushi pudo darse cuenta de que no era un sueño, tuvo que correr para alcanzarlo.

— ¿Qué haces a esta hora aquí? — Fue lo primero que pudo formular. — Llevas tres semanas sin venir y hoy...

— Atsushi— Lo detuvo— Solo sígueme, por favor.

Fue suficiente. Caminaron en silencio hasta llegar a un parque, donde descansaba un bonito y frondoso árbol en el centro. Atsushi confundido, miró abajo del mismo y notó lo que sucedía.

—Esa moto...

— Es mía— Habló finalmente, carraspeando por la timidez— Pensé... en que podríamos inaugurarla dando un paseo— Al notar que Atsushi abría los ojos con sorpresa, su corazón se aceleró— Claro, solo si quieres. Es que la noche está hermosa y...

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⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

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