Capítulo 13 - La madre de Vera

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*Narra Vera*

Cuando me despierto al escuchar el sonido de una notificación llegando a mi móvil, me arrepiento de inmediato de no ponerlo en silencio por las noches porque estaba durmiendo demasiado bien. Me abrazo más a mi almohada esperando que vuelva a conciliar el sueño pronto, hasta que me doy cuenta no estoy sobre una almohada. 

Mierda.

Abro mis ojos de golpe y veo que me encuentro recostada sobre el comodísimo pecho de Pedri. Lentamente quito mis brazos que están rodeando su torso y me levanto cuidando no despertarlo.

¿En qué momento había terminado así? Cuando al estar viendo la película se me hizo buena idea acomodarme sobre su pecho para estar más cómoda. Bien hecho Vera.  

Ayer después de que se preocupo por mi y de que estuvo cuidándome toda la tarde, lo único que quería era que se quedara conmigo, que siguiera estando tan al pendiente de mi aunque ya no me sintiera tan mal y que me apretara más a su pecho hasta que su olor se quedara pegado a mi.

También quería comérmelo a besos, joder, ¿cómo no iba a querer después de haber visto una faceta de él tan desconocida para mi? Pensaba que en Pedri no había ni un solo rasgo protector o cálido, pero estaba completamente equivocada. 

Pedri ocupa todos mis pensamientos en este momento al verlo recostado tan tranquilo en mi cama, sus ojos estaban cerrados y su ceño no estaba fruncido como siempre, se veía tan en paz que solo quería tumbarme otra vez con él y dormir todo el día. 

Voy a hacerlo cuando sus ojos empiezan a abrirse lentamente, así que me quedo en mi lugar sosteniendole la mirada, no quería que pensara que le estaba dando demasiada importancia al hecho de que durmieramos juntos. Quiero decir, ya lo habíamos hecho, pero una almohada que yo puse ahí nos separó, ahora no me había soltado de él en toda la noche. 

El se frota sus ojos para terminar de despertarse y después se incorpora para recargarse sobre uno de sus brazos, yo cruzo mis piernas y volteo mi cuerpo en su dirección. 

- ¿Cómo te sientes? - Su voz ronca termina de aturdirme aún más, ¿cómo alguien podía ocasionar tanto en mí con solo una frase? 

- Ya mejor. - Le regalo una sonrisa de boca cerrada. - Gracias por cuidarme. - Él me devuelve la sonrisa y me guiña un ojo. 

- No es nada. ¿Dormiste bien? - No sabía si lo decía para burlarse de mí o realmente quería saberlo, así que simplemente asiento. 

- ¿Y tú? 

- Mejor que nunca. - ¡Basta! Él tenía que dejar de hacerme este tipo de comentarios porque no hacía más que confundirme. 

Voy a hacer una broma sobre que mi colchón de cincuenta euros es mejor que el suyo que seguramente cuesta más que mi alquiler, pero el sonido de mi móvil no me deja hacerlo. Veo que es mi madre quien me esta llamando. 

¡Joder! Tenía que pasar por ella al aeropuerto después de clases, lo había olvidado por completo. 

- Mamá. - Le contesto mientras me levanto de mi cama y cojo unos vaqueros, un suéter y ropa interior limpia para cambiarme en el baño, mientras Pedri me mira desde la cama. 

- Vera, cariño, ¿cómo estás? 

- Bien, ¿ya estás en el aeropuerto? Iré a recogerte después de mis clases.

- De eso quería hablarte hija. - Noto su voz seria y apagada.

- ¿Qué pasa? - Le pregunto quedándome de pie en mi lugar antes de salir hacia el baño. Veo como Pedri empieza a ponerse sus zapatos y voltea a verme. 

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