Ecos de un pasado distante: primera parte.

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Tetrax estaría arreglando una que otra cosa en su nave. Había decidido quedarse en el sistema solar en espera de Vilgax para así ayudar a Ben en su inevitable encuentro con el Chimera Sui Generis. Su navegante, Gluto, monitoreaba el sistema solar en busca de la nave nodriza de Vilgax, recibiendo al poco tiempo una señal en sus sensores.

- Gluto, ¿Vilgax ya ha ingresado al sistema solar? - Gluto emitiría un chillido en señal de afirmación - Entonces, activa el modo camuflaje.

El Protost acataría las órdenes del Petrosapien, empezando a interactuar con el panel de mando para activar el modo camuflaje de la nave de Tetrax.

La nave nodriza de Vilgax pasaría cerca de Saturno, donde se encontraban Tetrax y Gluto. El primero apagaría todo lo que emitiera una posible señal energética a la nave de Vilgax para así pasar desapercibido ante el Chimera Sui Generis.

Pasó un pequeño momento de suspenso en el que la nave del conquistador se detuvo en el planeta de anillos. Tanto el Petrosapien como el Protost contuvieron su respiración por unos momentos; si Vilgax lograba localizarlos, no opondrían ningún desafío para el conquistador, aparte de que Ben tendría aún menos oportunidad de luchar contra el monstruo que era Vilgax.

La embarcación galáctica pasó de largo el planeta y, tras unos momentos de asimilación de lo sucedido y de cerciorarse de que la nave de Vilgax ya no los pudiese detectar, se activaron de nueva cuenta la mayoría de las funciones de la nave de Tetrax.

- Gluto, pon las coordenadas hacia la Tierra - El alien asintió - Tenemos que proteger a Ben y al Omnitrix a toda costa.

(Colocar intro aquí)

Cannonbolt estaría rodando por un campo abierto, preguntándose cómo pasó de estar tomando un smoothie tranquilamente a tener que volver a capturar a Animo, que se escapó de prisión. Se detendría al escuchar unas gigantescas pisadas que se acercaban a él. Se trataba de otra de las aberraciones genéticas de Animo, que esta vez era un escarabajo mutado con ADN de elefante.

 Se trataba de otra de las aberraciones genéticas de Animo, que esta vez era un escarabajo mutado con ADN de elefante

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-Okey, creo que Animo se paso esta vez un poquito con los químicos- Bromeo Ben.

La bestia gigante rugiría como respuesta al ataque del alien intentando aplastarlo, pero Ben lo esquivaría para luego contraatacar golpeándola en la frente. Intentaría seguir con su ataque, pero sería lanzado por un golpe de la trompa del escarabajo.

En eso, el Omnitrix empezaría a emitir ese extraño sonido junto con esa luz naranja titilante. Ben se diría a sí mismo que empezaba a ser molesto que cada cinco segundos empezase a sonar de la nada. Se recompondría y volvería a la carga contra la mutación, la cual arrancaría uno de los pocos árboles que había en la zona e lo impactaría usando su trompa contra Ben, quien se sorprendería provocando que el animal lo golpease, mandándolo a estrellarse nuevamente contra unos árboles, casi chocando con la Rust Bucket que lo venía siguiendo a ambos.

Ben 10: ReduxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora