◍⁠• XI •⁠◍

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Advertencia:
Este capítulo tiene contenido sexual y lenguaje inapropiado, si usted quiere seguir leyendo corre por su propia responsabilidad. Del ser el caso contrario, le sugiero que salga de este capítulo y espere al próximo, gracias por leer.












   Los protagonistas de este episodio se encontraban envueltos en un ambiente tan placentero y tan romántico que ahora mismo podrían tener la tercera guerra mundial a poco metros de ellos y no se darían por enterado; el más joven de los dos estaba sobre el mayor, ubicado en su zona noble tratando de dar lo mejor de su experiencia para satisfacerlo a través de sus manos.

   Bajó hacia el miembro del de cicatrices y, con una gran sonrisa, dio una lamida por el largo del tronco provocando un jadeo suyo. Volvió a repetir la acción varias veces antes de envolver con sus labios la cabeza del pene que ya soltaba líquido preseminal, chupó y jugó con el haciendo uso de su lengua para luego tomar otros centímetros de el.

   El mayor gimió bajo animando al menor a subir y bajar con rapidez, las reacciones no verbales le llenaban el cuerpo de emoción. Se sentía deseado.

—Mmm~ Jake...— gimió el azabache recostado por completo sobre la cama

—¿Te gusta?.— le preguntó el de ojos negros sabiendo ya la respuesta

—Si,— se acomodó para sentarse y posó su mano sobre el cabello cubierto de azul —¿A ti te gusta?.— le preguntó con un tono de voz grave

—Si.

—¿Mucho?.— Jake asintió, por eso mismo le tiró levemente del cabello y volvió a preguntarle: —¿Te gusta?.

—Ah... Si, me gusta mucho, Tom.

   Al escucharlo jadear, el nombrado le tomó del brazo y lo sentó sobre su regazo para volver a besar sus labios que, para este punto, se encontraban hinchados y rojos como bermellón. Mientras degustaban la boca del otro, el de ojos claros acariciaba la piel limpia y libre de marcas o acné, pero al ver a detalle sus hombros vio pequeños lunares que, siendo exactos, seguían por su espalda.

—Eres hermoso.— confesó besándole la punta de su nariz

—Y tú guapo,— sonrió acomodándose sobre él —Déjame decirte que esas cicatrices que tienes en tu rostro, en tus manos y en tu pecho no te hacen feo... Al contrario, realzan tus bellos ojos, tu linda piel, tu sonrisa, ¿y por qué no?, tus tetas también.— bromeó posando sus manos en los pectorales del azabache

—¿Qué haré contigo?.— preguntó entre risas mientras acariciaba su cintura con los pulgares

—Lo que tú quieras.— le contestó antes de devorar su boca

   Las lenguas se enredaban en una danza poco decente en lo que sus dueños se regalaban caricias en donde sus manos les permitía alcanzar. Poco a poco, Tom dejó a Jake sobre la cama y repartió besos desde el cuello hasta los pezones para chupar uno y pellizcar el otro, el menor gimió bajo para tapar su boca con su mano.

—No, quiero oírte.— dijo el azabache quitándole la mano para entrelazarla con la suya

—E-Es algo vergonzoso...— susurró el de ojos oscuros con la cara roja

—Pero necesito saber si estás cómodo o no,— besó sus manos —Además, quiero que lo disfrutes sin tener que retener nada.— dijo sonriendo ladino

«Noche Liberadora» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora