◍⁠• XIV •⁠◍

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   Los días pasaron convirtiéndose en meses y posteriormente esos meses en años, las palabras no quedaron en el aire sino que se volvieron en promesas cumplidas; Tom y Jake se mantuvieron en contacto, tuvieron citas, pasaron fechas importantes juntos hasta que al tercer año el azabache decidió pedirle ser su novio, pero lo haría de una manera especial con la ayuda de su mejor amigo.

—Ya era hora amigo~ empezaba a creer que nunca se lo pedirías.— expresó el de tez oscura bromista

—Si, es que quería estar seguro de que Jake es el indicado,— se sentó en el sofá junto al brasilero —Y que no sucediera lo mismo que con Emily.— dijo con un largo suspiro al final

—No pienses en esa tipeja.— se sentó a su lado y le dijo: —Jake vio tu cara en su primera vez y hasta ahora no te suelta por nada, Tigre.

—Cállate... Puchonguito,bromeó hasta que escucha su celular sonar lejos —Ya vuelvo.— avisó antes de irse

   El mayor de los dos caminó hacia su cuarto, donde dejó su celular normal cargando, vio que se trataba de una llamada de Jake. Sonrió y contestó:

—Hola bonito.

—Hola~ ¿cómo estás?.

—Yo estoy bien, ¿y tú?.

—Muy bien, me alegra escucharte, no estás ocupado, ¿o si?.

—No, de hecho estoy tomando unas pequeñas vacaciones, ¿sucede algo?.

—¡Oh!, justo quería preguntarte
si estarías libre en estos días... Yo amm.. Uhmm.

—¿Estás jugando con tu cabello?.

—Tal vez.. Hehehe.

—¿Y te muerdes el labio?.

—¿Me estás espiando?.

   Sonrió divertido, recordó que pronto sería un día especial para ambos y pensó: “¡es mi oportunidad!”.

—Jake, ¿quieres salir este sábado?.

—¡Si!, digo... Claro, me gustaría, Tom.

—Genial, ¿paso por ti a las 3?.

—Sábado a las 3, ¡perfecto!,
te quiero Cuchurrumí.

—También yo, nos vemos.— sonrió con un fuerte sonrojo y colgó la llamada

—¿Quién era?.— apareció el moreno con la vista en su teléfono

—Jake llamó para preguntar cómo estaba.— volteó a verlo y le dijo: —Lo invité a salir este sábado.

—El día en que los conocimos, bien pensado.— dijo sonriendo ladino

—Quiero hacer algo especial para él, pero no sé que hacer.— suspiró ansioso

—Para eso estoy yo,— el castaño sonrió y lo abrazó por los hombros —Te ayudaré para que sea la mejor cita y tu peliazul acepte ser tu novio.— afirmó alzando su puño al aire

«Noche Liberadora» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora