04.

411 50 2
                                    

04.

¿Acaso el iba a ver los mensajes? ¡Probablemente!  Después que pasara casi un día entero, vi como había un mensaje de el, uno.

Y dejando afuera esa profesión que tenía por delante, yo como Alisa Guzman no sabía que actuar, no sabía si debía meterme a la conversación y escuchar a solas el audio que me había dejado, no podía. Así que el día que pude ver a Cami, me sente a su lado.

—¿Como no le respondiste? Va a pensar que es una broma.

—Yo no quería—Cami niega mientras abre el Chat y comienza a reproducir el audio.

"Hola Alisa, si, claro, podríamos organizarnos un día, tu me dices cuando puedas, si esta semana o la próxima, no se."

Hay un silencio a la mitad del audio como si estuviera pensando, antes que se escuchara como una risa muy suave.

"Y si, leí un poco lo que habías escrito pero todo bien, raro que quieras una entrevista después pero si, ahí me dices."

Yo estaba tapando mi cara con mis manos ¿Por que Cami me hacía pasar tanta vergüenza? ¡Pero esa risa que había hecho!

—Voy a llorar—Dije sin mostrarle mi cara. Cami estaba callada y yo no podía ver lo que hacía. Me mantuve minutos así antes que ella me dijera:

—No borres nada. Puse que estas disponible toda esta semana, así que no se te ocurra cambiar.

—¡Tengo que crear preguntas si es que hablo con él! ¿Como que esta semana?—Yo me quejé apoyando mi cabeza en el escritorio—Y su risa...—

Cami siguió burlándose de mí, y en esos días que intercambié mensajes con Esteban ella tambien me ayudó un poco más.

Si hubiera sido por mi yo hubiera gestionado una videollamada o una simple llamada de voz, pero Camila lo había convencido a que nos juntaramos por ahi, a las afueras de la ciudad, y seguía sin enteder como lo había hecho.

Eso me hacía pensar en que Camila era una gran persona tanto personalmente como profesionalmente, y por ello me cuestionaba si alguna vez yo saldría del hoyo donde estaba. Si mi competencia laboral eran personas como Cami...estaba jodida.

Pero decidí dejar de recordar inseguridades y me enfoqué cada día a escribir una cantidad de preguntas considerable para que fuera lo más profesional posible.

Ese día martes me arreglé mas que nunca, me puse una falda negra y una camiseta blanca, no quería que fuera demasiado, también me maquillé lo mejor que pude e incluso me había hecho un par de trenzas pequeñas en algunos mechones de mi pelo. Pero me había tardado en llegar al lugar acordado y Dios, el calor era infernal, asi que al final tuve que tomarme el cabello. Cuando llegué saqué mi celular y vi si el me había dicho algo.

En donde nos juntaríamos no era un lugar tan concurrido, la gente pasaba a comer al paso, así que...estaríamos tranquilos. Yo entré y me senté en una mesa al exterior, habían algunos arboles y aunque pareciera con poca concurrencia era...lindo. Estaba viendo la conversación esperando que el me dijera algo, pero fui interrumpida cuando vi que él caminaba por dentro para salir a donde yo estaba.

Tímidamente lo miré, el me miró de vuelta y le sonrió acercándose. Llevaba una camisa suelta, y...y no pude fijarme mas.

—Hola, ¿Esperaste mucho? Disculpa, es que no estaba seguro si era acá—Fue lo primero que dijo Esteban mientras me saludaba.

Yo lo miré directamente en silencio por unos segundos que se sintieron eternos, pero si noté como llevaba el pelo mas corto de como lo tenía en la película y que ahora llevaba un bigote.

—No te preocupes, llegue hace poco—Le sonreí mientras el se sentaba frente a mi.

—Ah, mejor entonces—No era que fuera incomodo, pero éramos los únicos en el lugar y podía ver como dos trabajadores estaban tan aburridos que nos miraban—Uh...tengo sed...¿Pediste algo?—Negué—Ire a pedir algo, ¿quieres...?

—Si es que hay un jugo, gracias.

El asintió y se levantó, ahí fue cuando solté un suspiro pesado.

Si, claramente cuando salí de la universidad e incluso adentro de esta hice entrevistas, incluso estos últimos meses siempre busco personas interesantes para poder crear algo, como ese artículo que Manuel me rechazó la última vez, pero esto era diferente, se sentía diferente.

Quizá estaba dándole muchas vueltas al tema, así que dejé de mirar a Esteban que esperaba los jugos y saqué mi libreta de mi bolso, tenía una hoja con todo organizado y otra con apuntes y preguntas que quizá podían caer si es que la situación lo ameritaba.

—Para ti—Cuando escuché la voz de Esteban dejando un gran vaso frente a mi yo le sonreí—Te gusta la frambuesa, ¿No? No había variedad aunque afuera hubiera un cartel con todas las frutas imaginables.

—Si, si me gusta, gracias...—Yo reí jugando con el elástico de mi libreta mientras el se sentaba frente a mi—¿Quisieras empezar la entrevista mientras tomamos esto o después?

—Como te acomode a ti,

—Tu eres el invitado—Los dos sonreímos antes que se alzara de hombros.

—Bueno...tenía una pregunta para vos—Yo levanté las cejas con la misma sonrisa de antes, normalmente las preguntas no son para mi, y obvio—¿Por que la entrevista? Habias dicho que ya habias escrito algo. Estoy agradecido igual.

Su risa no me tranquilizó, sentí como si hiciera algo mal o algo así, porque cuando escribí eso nunca pensé que podía llegar esta instancia.

—Ah, es que...—

No me podía concentrar si el lo estaba conmigo, dio un sorbo a su jugo mientras no despegaba la mirada de mis ojos.

—Es para hacerse...notar, quizá te parece horrible pero la revista donde trabajo es como esas que se blanquean por el sol en los almacenes?—Esteban rió—Y bueno, me dijeron que debía escribir algo sobre ti, algo que captara el ojo público.

El iba a hablar pero me apresuré.

—Pero no pienses que enserio pienso eso, la verdad es que revisé tu trabajo y tus obras y...y eres bueno, me gusta como actuás y...y no te preocupes si crees que manché tu imagen o algo asi, nadie lee esa revista así que...—

—Tu eres la que no tiene que preocuparse, está bien—En mi mente busqué que decir, pero no pude encontrar nada—¿Y llevas mucho tiempo trabajando ahí?

—Un año casi, pero...lo que escribí y esta entrevista sería como...lo más elaborado, esta entrevista sobre todo.

—Uh, ¿Y que escribes?

El me hacía sentirme tan avergonzada de todo, pero era esa vergüenza buena, esa que te hacía doler el estomago mientras te reías de eso, era..era lindo lo que provocaba.

—El horóscopo—

—Wow.

El rió junto a mi, sería un lindo día.

Peperina ;; Esteban Kukuriczka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora