05: Tu eres mi nuevo cielo.

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Cinco meses y aún seguíamos juntos, seguíamos más unidos que desde el primer día. 

Aún me cuesta creer que un chico como Max pueda amarme como él lo hace, que pueda quererme aún sabiendo que estoy enferma, aún me cuesta aceptar que merezco ser feliz. Y él mismo se encarga de enseñarme que no está mal recibir cariño y amor de quién te lo está ofreciendo, sabe de mi falta de atención y cariño durante toda mi vida y se ha propuesto a compensarlo, se propuso amarme hasta que nuestra alma muera. 

Puedo decir que me he ganado la lotería con… mi novio modelito, es único e inigualable en el mundo y me alegra ser yo quien lo ame, me alegra ser su único cielo, su único amor. 

—¿Qué tanto piensas, Pitufina? —. Estábamos en mi cama recostados viendo al techo, dónde habían fotos de nosotros dos pegadas en forma de corazón. 

—En ti. 

La sinceridad estaba fuerte, antes me costaba decirle lo que pensaba y sentía y ahora podía decirlo sin miedo, a su lado he descubierto que el miedo no existe. La prueba de ello era que usaba blusas y vestidos que muestren mi piel de la espalda lugar donde yacían mis manchas, y que ahora muestro con orgullo porque él me ha enseñado a amarlas, a aceptarlas como parte de mi. 

—¿Y que pensabas? 

—En como un modelito tan guapo puede amar a un desastre como yo. 

—Supongo que es solamente el amor haciendo de las suyas, Pitufina. Y creo que el de nosotros fue amor a primera vista ya que desde aquella noche no abandonaste mi mente ni por un momento. 

Me retuerzo en risas ya que lo ha dicho de una forma muy graciosa. 

—Era de noche y no me viste bien. 

—Pero bastó con solo escucharte hablar para caer rendido ante ti. 

Amaba a Max, era mi chico soñado, era mi sueño hecho realidad, mi príncipe de armadura brillante salido de los libros que leía de pequeña. 

Era todo aquello que alguna vez soñé y que ahora tenía a mi lado, me amaba por quien era y para mí eso era suficiente. 

Él luego de su trabajo viene y pasa toda la noche conmigo, y vuelve a irse por la mañana a su casa para regresar en la noche. 

Esa misma noche salimos los dos juntos a la playa que queda cerca de mi edificio, quería que viviera mi experiencia dándome un chapuzón de mar. 

Al llegar solo saque mi blusa dejando la parte del bañador visible y usé unos pantalones cortos de mezclilla, él se dejó su camisa manga corta y unos bermudas negras. Toma mi mano fuerte y juntos entramos al mar frío bajo la luz de la luna. 

Él me agarra de la cintura y flotamos pegados el uno al otro, él besa tiernamente mis labios robándome risas, robándome aún más mi corazón. 

Escondo mi cara en el hueco de su cuello aspirando su aroma, entre sus brazos me sentía muy protegida, muy amada. Él era aquel hogar que siempre querré tener en mi vida, al que si pierdo no podría seguir, Max le daba sentido a mi vida, le daba sentido a mis días. Él con sus comentarios me sacaba risas, con sus chistes malos me arrebata carcajadas, se ha ganado a mi amiga Elida para que le permita quedarse conmigo, siempre que puede (nunca falla) me lleva a la universidad y me pasa buscando para que no regrese sola, me acompaña al médico y me cuida.  

—De niño amaba a la luna y al cielo. —. Confesó viendo directamente a la luna, la luz de ella logra hacer que note el brillo que tiene mi novio en sus ojos. 

—¿Y qué pasó? 

—Conocí un cielo que se volvió mi favorito en todo el universo. —. Y regresó su atención a mis ojos, quienes le miraban con atención. 

What You Mean to Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora