Capítulo 30

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Con respecto a Yun Jiang Li y Qin Shen Yuan, eran muy parecidos a Qin Ke Zuo y Yun Pi Zhi de ese entonces, por lo que temía que estos dos repitieran el mismo error. Luego de que Ye Tan curara sus heridas, lo llevé a rastras para que tocara a la puerta de Yun Jiang Li.

Qin Shen Yuan acostumbraba a levantarse siempre tarde, sin embargo, Yun Jiang Li era todo lo contrario. Tan sólo había sonado el primer canto del gallo, pero él ya estaba completamente vestido y a mitad del desayuno, de modo que no se sorprendió al vernos y nos invitó a los dos a sentarnos con una sonrisa.

No me gusta irme por las ramas y le pregunté directamente: —Hermano Yun, ¿qué es lo que pretendes exactamente acercándote a Qin Shen Yuan?

Yun Jiang Li se sirvió deliberadamente una taza de té, no demasiado deprisa pero tampoco demasiado despacio, y sonrió: —No entiendo lo que el Joven Maestro Jun quiere decir con esto.

No sabía con certeza cuánto sabía Yun Jiang Li sobre el tema, por lo que opté por una pregunta obvia: —¿Sabe Qin Shen Yuan que perteneces a la Casa Tai Bai?

Yun Jiang Li sonrió con ironía y contestó sin vacilar: —Nunca me ha preguntado, por lo que no se puede ver como si le estuviera mintiendo

—Naturalmente, confío en que ustedes dos pueden ayudarme a ocultar este asunto. —Suspiró lánguido: —De lo contrario, tendré que tomarme la molestia de pensar en otro método.

Dije: —No puedo soportar ver que ustedes dos sigan los pasos de Qin Ke Zuo y Yun Pi Zhi.

La mirada de fénix de Yun Jiang Li se arqueó: —¿Siguiendo sus pasos? ¿Acaso lo sabes?

—Sí, ¿Y tú qué sabes? —Suspiré y dije: —¿Mandar a Yun Pizhi no fue suficiente, así que ahora insistes en entrar tú mismo?

Yun Jiang Li comprendió lo que implicaban esas palabras: —Conoces el paradero de Yun Pi Zhi.

Yun Jiang Li entendió las palabras que no dije: —Conoces el paradero de Yun Pizhi.

Lo evalué cuidadosamente, no parecía estar fingiendo, así que pregunté: —Está dentro del ataúd que tienes en el carruaje, ¿verdad?

Yun Jiang Li bajó la cabeza y no dijo nada.

Le dije con desgana: —Así que tú tampoco tienes idea.

—Me gustaría saber más sobre eso. —Dijo de repente Yun Jiang Li.

No lo dudé y lo repetí con detalle de principio a fin, Yun Jiang Li escuchaba sin decir una palabra, sus ojos sólo reflejaban los tiernos brotes de té, su expresión era una mezcla indistinguible de felicidad y tristeza.

Al terminar de escuchar, Yun Jiang Li preguntó: —¿Puedo preguntar cómo ha averiguado esto el Joven Maestro Jun?

Negué con la cabeza: —Tengo mi propio método, pero no puedo decírselo.

Estaba claro que no tenía expectativas, así que tampoco parecía muy molesto. Lo pensó de nuevo en silencio durante un momento y dijo: —Ustedes dos necesitan ocultarle esto a Xiao Qin.

No estaba convencido.

—Si lo que dice el Joven Maestro Jun resulta ser cierto..... —Yun Jiang Li dejó escapar débilmente un suspiro, luego forzó una sonrisa: —Si Xiao Qin y yo llegamos a conocer este asunto, temo que alguien no querría que siguiéramos con vida.

No es nada descabellado.

A juzgar a ese grupo por su estilo de hacer las cosas en aquellos días, probablemente mataron a mucha gente para mantenerlos callados.

Sistema Mortal, El Más Letal (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora