4/4
Si solo veían, caminaban y no pronunciaban palabra, continuar avanzando no iba a volverse peligroso.
Habían transitado apenas unas calles cuando descubrieron una horda de zombies, como los llamaba su hija, y obligadamente debían atravesarla.
Becky guardó sus pistolas y la misma orden le dio a Mon. Freen en cambio dejó una mano bajo su camisa y sostuvo su arma, solo por si acaso.
- Tengo miedo- había susurrado Daniel y ella tapó su boca.
Arrastraron sus pies, se cuidaban con la mirada y fingieron ser parte de ellos.
Becky no podía negar que el terror la inundaba cuando algunos cuerpos, recién infectados según su estado, se estiraban hasta ellas y las olían.
Freen le había dicho que solo perdían la razón y por ende se volvían seres sin conocimiento. Pero sus cinco sentidos seguían alertas y, de alguna manera, podían terminar olfateando la falta de infección de ellas.
Había unas cien personas muertas allí, caminando como vivos pero muertos y putrefactos rodeándolas. Por lo que avanzar y pretender salir de allí, iba a costar trabajo y tiempo.
En más de una ocasión Daniel sollozaba contra su mano y Becky lo sujetaba con más fuerza, dándole espacio solo a que su nariz respirara. Porque aún quedaba metros que caminar y más infectados que atravesar.
Con un movimiento lento de cabeza hacia arriba y una fugaz mirada, dedujo que debían ser más de las seis y saldrían de allí al anochecer. Bajó la mirada y una gota de su sudor se estrelló contra el piso.
Hacía calor y no sabía qué tanto ayudaría el clima o en realidad solo terminaría afectándoles.
Pero continuaron.
Era increíble que esa ciudad, donde habían vivido los últimos años como familia y había crecido tras su nacimiento, ahora solo fuera vacío, tarros de residuos caídos y automóviles abandonados.
Todo había cambiado en poco más de dos meses y, revertirlo, quizá tardaría lo mismo. O más, porque lo fácil es arrojar un plato al suelo. Pero juntar sus partes y volver a pegarlas, toma más tiempo y es más difícil de lograr.
Mientras pasaba al lado de una mujer con su rostro demacrado y su cabello seco, consumida en su totalidad por la infección, Becky notó la mano que sostenía. Caminaba junto a una niña en su mismo estado y ella tragó saliva.
Estiró su otra mano hacia atrás y la sostuvo en el pecho de Mon para que no se alejara de ella ni de Freen. Con los ojos un momento en su esposa, se imaginó la normalidad de sus vidas luego de que todo aquello cambiara.
En Bangkok o en otra ciudad. Pero manteniendo el matrimonio que eran junto a la hija que tenían y quizá con otro más. Hablaría con la morena para buscar un segundo hijo. Un amigo como Mon solía pedir o una hermanita para colorear las princesas de sus revistas.
Consideraba que su hija era un holograma de su esposa. Y quería otro más.
Deseaba volver a verla con otro bebé en brazos y escucharla cantar por las noches antes de dejarlo en la cuna. O notar nuevamente el brillo y la sonrisa enamorada de Freen como cuando bañaba a Mon y se divertían juntas entre la espuma y los animales de goma.
Quería una reconstrucción externa de la ciudad tanto como otra interna en su familia.
Y estaba segura de que iba a conseguirla.
Finalmente se acercaron a los últimos muertos vivientes y un suspiro silencioso salió de su boca. Solo quedaba una fila, la última y más allá había coches ocupando toda la calle. Llegarían a ellos y tomarían uno que funcionara a la perfección.

ESTÁS LEYENDO
El Ocaso
FanfictionZombies, Amor, Familia. Esta historia no es mía, es solo una adaptación sin animo de lucro, solo es diversión. Todos los créditos a su autora. La historia original es Mrs Michele Les dejo el link original para que vayan a darle apoyo. https://m.fa...