Zira: Bosque Carmesí

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2 días antes

Despierto veo al mi rededor, tomo mi móvil 6:30 a.m, me ducho y alistó para bajar a tomar desayuno.

Preparo mi desayuno, tomo mi mochila y salgo de casa de camino a la escuela, voy con música, dejo de pensar por un momento en lo que paso a mi alrededor, una mano toca mi hombro, volteo lista para golpear hasta que veo que es Diego

—Tranquila soy yo —me abraza— Amor te extrañé mucho —me besa, me quedo quieta sin corresponder su beso —¿qué tienes?

—¿No estabas enfermo?

—Yo no estoy enfermo —ríe y sigue caminando

—Ayer me cancelaste a última hora porque estabas enfermo. —veo con regresar a verme, sus manos se ponen inquietas —¿No estuviste enfermo?

—Lo estuve, pensé que te referías, seguía enfermo. No tendría que mentir con la salud, eso es la más importante

Aunque me digan loca algunos de mis amigos, sé que algo no anda bien, desde hace tres meses que está con una actitud sospechosa, han sido veinte veces las que me ha cancelado a última hora. Veo como vuelve a caminar, pero esta vez tomándome de la mano, empieza hablar.

—No creas que estoy alejándome, solo estoy más ocupado con las clases de la tarde y ayer si me enferme estuve mucho tiempo fuera de casa eso me provocó fiebre.

—No dudo de ti, sé que nunca me mentirías, siempre has sido sincero —mentira, no le creo ni media palabra —¿Cómo vas las clases?

Está por responder, pero frente a nosotros aparece Lily, ella es mi mejor amiga.

—Los asusté, —ríe —bueno, excepto por ti Juliette, tú nunca te asusta ni por un insecto.

—Me alegra que estés aquí, hoy espero verte en la tarde —me toma del brazo 

—No puedo, tengo clases de cálculo

Al igual que la mayoría de clase, por lo visto no se le dan bien los números a estos dos juntos con la clase entera.

—Bueno, después de clases, te espero en la cafetería. — ella asiente.

Durante el camino empezamos hablar sobre el campamento que será dentro de dos días, por eso me siento emocionada, después de todo este año al fin podré regresar a un lugar tranquilo.

Un auto se detiene a un lado de nosotros, baja la ventana de atrás.

—Buenos días —saluda serio Oliver, mi mejor amigo 

—Buenos días, esposo

—No me gusta que me saludes así por las mañanas. Tú tienes novio, no creo que debas llamarme de esa forma. Sube al auto, te llevo a mi escuela.

—A él no le importa que te llame así. Tengo que ir a mi escuela, no a la tuya

—Entonces que inscríbete en el próximo examen de talentos

—Todo lo tengo hecho, hoy daré el examen y mañana darán los resultados 

—Espero verte en ese examen, los chicos también estarán, hace tiempo quieren verte

—No te preocupes, iré —sale del auto acercándose a mi oído

—Tú eres capaz de mucho, no te limites por estos mediocres que solo piensan en el presente — está por subir al auto y de espaldas dice—. Te veo más tarde, cuídate.

Sus palabras tienes razón, pero no creo que ellos dos sean mediocres, bueno, eso no me lo han demostrado mucho. Lo de limitarme también tiene mucha razón, muchas veces he rechazado oportunidades por querer quedarme aquí con Diego.