La Reina del Ártico (NaruHina Fanfic)

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Son pocos los momentos en los que olvido quien soy. Olvido realmente que... es lo que he hecho desde que nací hasta aquí y... hoy sábado lo olvidé.

Dormí como un bebe, estaba tan jodidamente cansado que, al despertarme cerca de las nueve hoy, me estiré con una sonrisa en mi rostro.

Recordé nuevamente un pequeño asuntito... mi garganta comenzó a doler, no podía tragar agua por la inflamación que sufría.

Quizás... me deje estar demasiado con mi salud. Mas se notó al ser mi madre la que entro a mi habitación – Naruto, te levantaste temprano... ¿me ayudas con el jardín? – Asentí caminando a su lado – tu padre no sabe que cocinar hoy. Quizás, use el asador...

- Quie... - mi voz salió apenas siendo un pequeño "chillido". Estaba demasiado ronca – ah... - intente aclarar mi voz varias veces.

- ¿te duele la garganta? ¿quieres ir al hospital? – ella apoyo su mano en mi frente – no tienes temperatura... debe ser... ¿estuviste gritando?

- No – mi voz ahora parecía la de un anciano.

- creo que tengo algo de medicina... no vas a poder comer hijo – yo baje mi rostro a su lado y mi madre me sonrió divertida – torpe – me golpeo la frente haciendo que la mire – eso te pasa por salir con este frio de noche.

- Siento – el "lo" no quiso salir de mi garganta.

- voy a prepararte un té. Espera aquí.

Asentí viendo como mi madre se iba adentro. Observe sus plantas y me arrodille frente a estas comenzando a quitar aquella maleza que las rodeaba ¿Hinata... que día me había invitado?

Mi celular sonó en mi bolsillo por lo que, cuando lo saque, mi mente despego a la luna. Era un mensaje de ella que decía "Hola, buenos días. Lamento hablarte tan temprano, no si se estes durmiendo. Solo era para avisarte que, a las tres o a las cuatro nos podemos reunir en el parque frente a mi casa"

- ¿E...hoy? – apenas y podía hablar... ¿iría así? Debía ir, no quería cancelarle.

Conteste casi al instante. Claro que iría, estaría ahí a las tres de manera puntual, aunque... ¿podría hablar con ella? ¿tengo... Si, si puedo.

¡no, no puedo! – Naruto – la voz de mi madre me detuvo. Me gire y ella me dejo la taza de té a mi lado – te ves contrariado hijo... - ella se arrodillo a mi lado - ¿Qué sucede?

Señale mi garganta – Puedo... hablar – negué rapidamente, el "No" no salió y eso... diablos, me estaba enfadando cada vez más.

- lo sé, por eso te traje él Te – ella me señalo aquello. Baje mi rostro entre molesto y frustrado. No con mi madre... conmigo... siempre, siempre que tengo algo importante la cago, siempre hago un paso más cuando me debería detener. Soy tan inútil... ¡Inútil! – esa chica con la que tuviste un altercado... - la observe asustado - ¿ibas a verla hoy? - ¿Qué? ¿era psíquica? – si ella está interesada en ti hijo... poco le va a interesar que no puedas hablar. Toma tu medicina y ruega tener un hilo de voz para cuando vayas a verla.

- Mamá – ella me sonrió y me abrazo – gracias.

- de nada cariño – ella se puso a quitar la maleza y, a sabiendas que poco podía hablar, comenzó a contarme lo que sucedió en la novela que Yahika y ella ven juntas.

Obvio no pude detenerla... odiaba las novelas que ellas veían, sobre actuadas, situaciones irreales y... bueno, asumo que el morbo es lo que le da pie a todo eso. Escucharlas insultar a las villanas y villanos de las novelas me causaba gracia.

Al final, a duras penas pude cenar. Mi padre decidido ser compasivo y guardo la carne para otro día.

Comimos una sopa que mi mamá hizo y eso fue una caricia al alma... o a mi garganta.