chapter four

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Kai respiraba pesadamente y con los ojos cerrados. Tenía gotas de sangre corriendo por su ropa y estaba sudada y también algo pálida. Nami también se veía algo cansada y sudada, pero sin dudas se veía mucho mejor que Kai.

Kai se veía enferma, cualquiera que la viera podía decir que estaba muriendo y que tenía fiebre. Incluso los piratas imbéciles con la bandera del tal Buffy en él.

Nami comenzó a hablarles y a endulzarles el oído, Kai quiso reír, pero sabía que eso arruinaría el plan de Nami, por lo que fingió estar enferma.

─Miren, dos mujeres ─anunció una voz juguetona.

─Oigan, ¿Qué les pasa? ─preguntó otro, Nami subió la cabeza lentamente y contestó con una sonrisa cansada.

─¿Acaso es posible que esté soñando? En este vasto océano toparse con alguien es muy raro.

─No los conozco, ¿De casualidad tienen agua? Se los imploro, ¿Tienen un poco de agua? Si quieren puedo pagarles todo lo que pidan ─Nami observó a Kai con una expresión fingida de tristeza ─. Mi amiga… fue atacada por piratas y ella… no creo que sobreviva otra noche así, en éstas condiciones, ¡Por favor, tienen que ayudarme! ─suplicó desesperada.

─Tranquilas, podemos ayudarlas pero antes de eso, queremos ver qué hay en ese cofre ─dijo una de las voces masculinas, derrochando avaricia.

─No tardaremos ─dijo otro mientras los tres se trasladaban al pequeño bote.

Nami y Kai aprovecharon la distracción y se trasladaron sigilosamente al barco más grande. Cuando los tres piratas abrieron el cofre, un gran panda con un resorte salió de él, habían sido engañados.

El barco comenzaba a avanzar detrás de ellos y unas carcajadas femeninas los hicieron voltear. La pelinaranja y la rubia (la que se suponía estaba en su lecho de muerte) estaban paradas una junto a la otra.

─¡Pueden quedarse con el barco si quieren! Ya no lo necesitamos. ¿No es así Kai? ─la rubia negó, quitándose el “sudor” de lo que era en realidad agua en su piel.

─¡AAAAH! ¡Ese es nuestro barco!

─Nos tendieron una trampa ─el rostro del pirata se hallaba contorsionado por la ira.

Kai colocó su mano por encima de sus ojos, vislumbrando que en el cielo, habían unas nubes grises que se movían encima del pequeño bote.

─Uhm, ¡Chicos, creo que deberían tener cuidado, se aproxima un fuerte frío con nubes bajas en el cielo! ─exclama Kai hacia ellos con toda seriedad, Nami, a su lado se ríe.

─¡Ajá! ¡Y parece que habrá fuertes vientos y hasta churrascos! ¡Cuidado, los barcos más pequeños corren más riesgo!

Los piratas vieron hacia arriba unas cuantas nubes que al instante comenzaron a derrochar agua. Terminaron cayendo al mar.

Nami alzó un pulgar alegre mirándolos a lo lejos.

─¿Lo ven? ¡Hasta pronto, con mucho gusto tomaremos su tesoro! ─Nami comenzó a reír a todo pulmón.

─¡Esperen arpías, nos las pagarán! ─Kai torció la boca.

─¡No le digas arpía! ¡Malo! ─Kai sacó la lengua como si el hombre que estaba ahogándose en el agua pudiera verla, estaba claro que no.

─Calma Kai, ya no pueden hacer nada ─dice Nami mirándola con dulzura, Kai asiente refunfuñando ─. ¿Por qué no vas a echar un vistazo y ves si hay comida? ¿Te gustaría eso?

Kai saltó emocionada y corrió al interior para comenzar a revisar el barco.

Nami primero se dispuso a observar el cofre abierto con todas las riquezas de los piratas y joyas. Sonrió ampliamente y luego se dirigió a la popa del barco.

EYES DON'T LIE ─ NAMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora