CAPITULO IV. LA PARTIDA

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Corre, corre pequeña Adelfa

Corre para que todos salven sus vidas

Tú eres veneno que la miel adereza

Tú eres de los hombres la peste temida

Tu madre te lleva con zozobra en sus brazos

Porque te ama con genuina locura

Pero ni su amor lograra evitar los pasos

Que estas destinada a dar con amargura

Pequeña Adelfa precioso veneno

Que en tus dieciocho años vírgenes

Habrás de corromper a todo hombre bueno

Habrás de provocar tantos trágicos crímenes

Corre ligera en las alas de tu madre

Que te cubre cual rugiente leona

Pero desde tu concepción ya lo sabes

Que mientras más corres más rápido te acercas

Y tu cruel destino ya te corona

Porque la reina eres, Adelfa perfumada

Tu piel enloquece al hombre literalmente

Corre, corre pequeña víbora encarnada

Ha comenzado la cuenta regresiva de la muerte

- ¿En dónde estamos madre querida?

¿Por qué buscaste un lugar tan oscuro?

¿Acaso somos criminales u homicidas?

¿Acaso ya no nos aceptan en el mundo?

- ¡Guarda tus comentarios para quien los crea!

Dice su abuela con implacable desprecio

- Todo es culpa tuya creatura horrenda

Si estamos así es por ti, cruel engendro

- Madre, te prohíbo que trates así a Adelfa

Responde La Rosa su gran protectora

- Si estamos aquí ciertamente es mi culpa

No estoy lista para dejarla, no ahora

Acomodaronse las mujeres en un cuartucho

En el lugar más recóndito del pueblo

Puesto que dinero en realidad no había no había mucho

Pero la voluntad de Rosa era de hierro

- ¿Y ahora qué hacemos? ¡Tenemos que esconderla!

Replica la abuela con mucha insistencia

- No podemos aquí mostrarla u ofrecerla

Oh, ha acabado mi paz con su mera existencia

- El plan es el mismo, de eso no hay duda

Seré yo quien a esta familia sustente

Pero por favor madre, no seas tan ruda

Con la razón de mi vida latente

- ¡Oh rosa, tenía para ti tantos planes

Replica la doña con quejas hirientes

- El plan es Adelfa, mantenerla segura

Responde su hija de manera ferviente

- Porque nadie me separa de mi hija

Nadie ni siquiera la leyenda viviente

La trágica leyenda de AdelfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora