Corre, corre pequeña Adelfa
Corre para que todos salven sus vidas
Tú eres veneno que la miel adereza
Tú eres de los hombres la peste temida
Tu madre te lleva con zozobra en sus brazos
Porque te ama con genuina locura
Pero ni su amor lograra evitar los pasos
Que estas destinada a dar con amargura
Pequeña Adelfa precioso veneno
Que en tus dieciocho años vírgenes
Habrás de corromper a todo hombre bueno
Habrás de provocar tantos trágicos crímenes
Corre ligera en las alas de tu madre
Que te cubre cual rugiente leona
Pero desde tu concepción ya lo sabes
Que mientras más corres más rápido te acercas
Y tu cruel destino ya te corona
Porque la reina eres, Adelfa perfumada
Tu piel enloquece al hombre literalmente
Corre, corre pequeña víbora encarnada
Ha comenzado la cuenta regresiva de la muerte
- ¿En dónde estamos madre querida?
¿Por qué buscaste un lugar tan oscuro?
¿Acaso somos criminales u homicidas?
¿Acaso ya no nos aceptan en el mundo?
- ¡Guarda tus comentarios para quien los crea!
Dice su abuela con implacable desprecio
- Todo es culpa tuya creatura horrenda
Si estamos así es por ti, cruel engendro
- Madre, te prohíbo que trates así a Adelfa
Responde La Rosa su gran protectora
- Si estamos aquí ciertamente es mi culpa
No estoy lista para dejarla, no ahora
Acomodaronse las mujeres en un cuartucho
En el lugar más recóndito del pueblo
Puesto que dinero en realidad no había no había mucho
Pero la voluntad de Rosa era de hierro
- ¿Y ahora qué hacemos? ¡Tenemos que esconderla!
Replica la abuela con mucha insistencia
- No podemos aquí mostrarla u ofrecerla
Oh, ha acabado mi paz con su mera existencia
- El plan es el mismo, de eso no hay duda
Seré yo quien a esta familia sustente
Pero por favor madre, no seas tan ruda
Con la razón de mi vida latente
- ¡Oh rosa, tenía para ti tantos planes
Replica la doña con quejas hirientes
- El plan es Adelfa, mantenerla segura
Responde su hija de manera ferviente
- Porque nadie me separa de mi hija
Nadie ni siquiera la leyenda viviente
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La trágica leyenda de Adelfa
General FictionHe aquí contaré una historia de una mujer única, de una mujer hermosa, en cuya vida la tragedia fue su pan de cada día, y su única compañía y consuelo en sus últimos momentos no era más que la alegría de no dañar a nadie más. Ya llegado sus noventa...