• Capitulo 4 | Pactado

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En el suave y dolorido corazón, una ira ardiente se apoderaba de mí mientras las lágrimas caían. Su mirada persistía mientras pronunciaba palabras que resonaban en mi ser.

- Sempre fuiste buena, no mereces estar aquí. Otro vendió tu alma, pero ahora te pregunto: ¿Prefieres el cielo o ser quien vende su alma?- resaltó la entidad. Dudé, pero finalmente me erguí, secando mis lágrimas con determinación.

A pesar de sentir que merecía el cielo, mi rabia y sed de venganza hablaban más fuerte. Había entregado mi corazón y lo habían devuelto con traición. Extendí mi mano con una sonrisa forzada, pero mis ojos reflejaban la tormenta interna.

- Bien, pero quiero poder, el que pidieron a cambio de mi alma. No descansaré hasta que sientan lo que yo sentí esa noche, mi señora- afirmé con un nudo en la garganta.

Ella sonrió, estrechó mi mano y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Una cadena rosa se materializó en mi cuello, cerrándose con una llave antes de desvanecerse. Aunque mi decisión estaba tomada, una mezcla de miedo y determinación se reflejaba en mis ojos.

- Solo te pido una cosa sencilla; pronto daré vida a una pequeña. Me gustaría que tu fueras su protector, aunque no debe enterarse. Sí, su padre y yo lo haremos, pero nunca está de más tener alguien más. Estoy segura de que lo harás bien- dijo, acariciando mi mejilla con ternura.

- Adiós ____ nos volveremos a ver muy pronto.. - fue lo último que escuche antes de que todo se volviera negro nuevamente

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Habían transcurrido incontables años, la marca del tiempo era evidente en cada rincón. Cada jornada resonaba con gritos, lamentos, batallas y un constante fluir de emociones intensas.

A pesar de la desolación diaria, la adaptación se convirtió en mi aliada. En este contexto, cada día se revelaba como una lección, y yo canalizaba mi energía en perfeccionar los poderes otorgados por aquella enigmatica

Me hallaba reposando en un sofá de tono carmesí, absorta en la pantalla de la televisión que retransmitía una amalgama de series cargadas de contenido sexual y escenas violentas. Justo cuando estaba a punto de apagarla, un canal de noticias capturó mi atención al revelar los planes de mi protegida para erigir un hotel, con la noble intención de redimir a los demonios. La peculiaridad de la idea me intrigó, pero lo que me desconcertó fue mi falta de conocimiento al respecto.

Volteé hacia un reducido grupo de sombras entregadas a un juego de cartas, y con un gesto de desaprobación, me levanté para acercarme. Golpeé la mesa con firmeza, atrayendo la atención de aquellos en mi presencia.

- ¿Alguien puede explicarme quién falló en su tarea de velar por la seguridad de la pequeña princesa? - resalté con una sonrisa, mientras los presentes intercambiaban miradas nerviosas en busca del culpable- Como siempre dicen, si deseas que algo se haga bien, tienes que hacerlo tú mismo.

Con un chasquido de mis dedos, las sombras desaparecieron. Me dirigí hacia un maniquí que lucía un elegante traje, un vestido con corset y un largo saco, arriba portaba un gorro de copa con una flor roja. deteniéndome en su presencia.

 deteniéndome en su presencia

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