III: Extásis

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En la penumbra vibrante de la discoteca, un chico de cabellos negros se destacaba entre la multitud. Alto y esbelto, sus movimientos fluían con la misma gracia que su cabello oscuro, que se mecía al ritmo de la música como sombras danzantes. Sus ojos, de un amarillo profundo, brillaban con la intensidad del licor dorado, reflejando la energía y la emoción del ambiente.

ESFP, así es como, irradiaba una energía magnética mientras se movía sin esfuerzo por la pista de baile. Su playera amarilla abierta era rasgos de confianza, mientras que una camisa blanca ondeaba con elegancia al compás de sus movimientos. Los pantalones negros ceñidos a su figura atlética y los zapatos del mismo color completaban su atuendo, aportando un aire de pura fiesta y sofisticación a su presencia.

Con cada paso, ESFP parecía llevar a la audiencia a un estado de éxtasis, envolviéndolos en la atmósfera hipnótica de la música. Sus piercings en las orejas brillaban sutilmente a la luz tenue, añadiendo un toque de rebeldía a su apariencia impecable.

ESFP se tambaleaba ligeramente mientras salía de la pista de baile, su mente envuelta en una neblina de luces parpadeantes y recuerdos borrosos. Las imágenes de la noche se sucedían en su mente como destellos fugaces, fragmentos de momentos vividos en un frenesí de emociones y sensaciones.

Recuerda con vaguedad los encuentros pasionales en el baño, la piel morena de la chica que se fundía con la suya en un torbellino de pasión y deseo. Las risas y los susurros se mezclaban con el eco distante de la música, creando una sinfonía de placer y excitación en el aire enrarecido del baño.

Otro recuerdo se desliza entre las sombras de su mente, una escena en la que las copas fluían como ríos desbordados y el alcohol quemaba su garganta con cada sorbo. Los rostros borrosos de "amigos" y desconocidos se entremezclaban en un torbellino de risas y conversaciones, borracheras compartidas en una noche sin fin.

Y luego está el momento en el que se sumergió en un mar de besos y caricias, entregándose sin reservas al frenesí del momento. Tres personas, tres bocas hambrientas de placer, se fundían en un beso que desafiaba las normas y convenciones, explorando los límites de la pasión y el deseo.

Al salir a la brumosa atmósfera de la discoteca, ESFP saca con destreza un "chibato" de su playera, sus dedos hábiles manipulan la marihuana con una destreza aprendida. El aroma clásico y penetrante del humo llena el aire a su alrededor, envolviéndolo en una nube de tranquilidad y euforia.

ESFP se dejó caer pesadamente en el amplio sofá, su cuerpo se hundió en el suave acolchado mientras sus ojos vagaban por el techo de la pequeña habitación abierta. Una nube de humo envolvía su figura, creando una atmósfera etérea a su alrededor mientras el aroma del la marihuana impregnaba el aire.

Justo en ese momento, el insistente tintineo de su teléfono rompió el silencio, interrumpiendo la calma que había logrado encontrar. ESFP alzó perezosamente la mirada hacia su celular, donde una serie de llamadas perdidas parpadeaban en la pantalla. La identificación del llamante indicaba que era su jefa, ENTJ, quien parecía estar ansiosa por contactarlo.

Con un suspiro de resignación, ESFP rodó los ojos con pereza, reconociendo la insistencia de su jefa por mantenerlo bajo control incluso en sus momentos de descanso. Sin embargo, en lugar de responder, decidió dejar que las llamadas pasaran desapercibidas, prefiriendo sumergirse en su propia introspección y desconexión del mundo exterior.

El teléfono seguía vibrando con cada llamada entrante, pero ESFP se negaba a ceder ante las demandas del trabajo en ese momento. Para él, ese momento de tranquilidad era sagrado, un refugio de la agitación del mundo exterior donde podía encontrar un breve respiro de la presión y las responsabilidades que lo esperaban al otro lado de la línea telefónica.

Take it easy [ESTP X ENTP] + [ENFP X INTJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora