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Daniel se levantó muy temprano, lleno la bañera hasta la mitad, enrollo sus mangas de su camisa hasta los codos, la corbata se la había quitado anoche así que únicamente desabrochó un par de botones para estar cómodo, con su mano se aseguró de que el agua no estuviera ni muy caliente ni muy tibia, mientras Beatriz seguía dormida.

Busco un par de toallas y las calento, de igual manera con mucho sigilo busco en los cajones de ella la ropa que usaría el día hoy, busco su ropa interior, y luego un short corto, una blusa de igual manera la ropa que usaría para el trabajo. Afortunadamente entraba hasta las 8, así que aún había un par de horas libres.

Había una silla cómoda junto a la cama, así que se sentó y espero pacientemente a que ella despertara

No paso mucho tiempo, Únicamente cinco minutos

"Daniel, buenos días"

"Buenos días guapa, ¿Dormiste bien?"

"Si, ¿Y tú?"

"Dormí contigo, por su puesto que dormí bien, ven dame la mano vamos al baño"

"Oh, espera es que-"

"No te preocupes, tu confía en mi"

Ella le dio la mano, al levantarse el le dio un lindo y tierno beso, al mirar hacia la cama noto una pequeña mancha de sangre.

"¿Que haces querido?"

"Relajate, voy a darte una ducha, quitate la ropa y entra a la tina, yo regreso enseguida, iré por una toalla"

"De acuerdo"

Daniel quitó la sábana y coloco una nueva, la anterior la coloco en la lavadora, coloco jabón y ese polvo azul, el supone que era detergente y de no ser asi ni modo, y luego volvió al baño, el se sentó junto a la tina donde ella ya estaba con la espuma hasta su cuello.

"Cuéntame ¿cómo estuvo tu semana?" Preguntó mientras ponía shampoo en sus manos y le daba un suave masaje.

Ella rió incrédula y comenzó a hablar de cómo le había ido.
Mientras disfrutaba de este baño, el le lavó la espalda y las piernas. Cuidando que ella no se sintiera incómoda.

Luego a punto de terminar el salió para darle a Beatriz la privacidad que necesita

Más tarde ella salió en bata con ayuda de Daniel, vio la sábana perfectamente tendida y su ropa encima de la cama

"No se cómo agradecerte"

"Yo soy el que debería estar agradecido contigo"

Ella se cambió y luego permaneció sentada en la cama esperando a Daniel quién estaba buscando unas escencias

"Recuéstate boca abajo te daré un masaje"

Ella rió un poco mientras pensaba en lo afortunada que era al estar con Daniel, sin duda ella estaba perdidamente enamorada

Inicie colocando la escencia en mis manos para frotar y así calentarla un poco para por fin tocar su espalda. El contacto en ese momento fue espléndido, sentí su piel tan suave y delicada, mis manos no se merecen acariciar ese hermoso cuerpo, poco importaba todo, el tiempo se detuvo, ella no decía nada pero su respiración aclaraba todo, me quedé perplejo esperando algo y exactamente no sabía que, acerque mi rostro a su espalda baja y dejé un recorrido de besos llenos de amor hasta su nuca, mi aliento caliente choco con su cabello

"Hay muchas maneras de hacer el amor, con una caricia, una simple mirada, una sonrisa, un abrazo"

Ella se volteo mirándome a los ojos, algo intentaba decirme, yo lo sé, yo que soy un profesional leyendo miradas, pero no podía decifrar lo que era

𝑺𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐, 𝑫𝒆 𝒓𝒐𝒅𝒊𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora