"Se trata de luchar contra nosotros mismos y la sociedad."
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"Tokio Hotel"...los famosísimos "Tokio Hotel", una de las bandas alemanas de rock pop más famosas del momento. Eran amados por la socie...
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I TRUSTED YOU...
Bill'sPov ;
No entiendo.
No entiendo que mierda pasa por nuestras cabezas.
¿Qué somos? Esto era inhumano.
Pero, ¿merecíamos este trato? No somos animales, no mordemos, nos defendemos.
¿Pero de qué?
De nosotros mismos.
¿Cómo es qué llegamos a esto? Hace tan solo unas semanas estábamos bien, sí, el mismo abuso de siempre pero al menos no se nos presento tanta angustia como ahora. Al menos podíamos seguir aparentando bien. Una vida miserable pero miserablemente linda de alguna manera.
Esto ya no era lindo. ¿Qué mierda era esto?
Damos más asco que nunca y lo peor, ya no confiamos ni un nosotros mismos.
──¡Espera Georg, lo vas a matar! ──Tom me sostenía fuertemente para que no pudiera hacer nada. Yo; mientras miraba como Gustav era brutalmente golpeado por Georg, estaba al borde del colapso. ──¡Para, joder!
Ni siquiera duramos un día, ¡Ni un puto día! Georg había venido en la noche hacía donde Gustav y lo había agarrado desprevenido. No parecía hacerlo por molestarle o por burlarse de él, Georg estaba furioso y mucho. Por otra parte, cuando yo intenté hacer algo, Tom intervino y me agarró fuertemente, para que no pudiera ayudar a Gustav.
¡¿Por qué Tom?! ¡¿No se supone que era él quien intentaba redimirse?! ¡Un puto mentiroso, eso es lo que era! Pero mi cabeza en ese momento solo me decía una cosa: Ya lo sabías, y aún así confiaste en él.
Lo odiaba. Mounstro, perverso y morboso mounstro. ¡Oh, como te repudio, Tom!
──¡P-por favor, Tom, por favor! ──Miré a Tom con los ojos más de cachorritos que pude poner. Escuché como mientras intentaba resistirse a mí, gruñia y su agarre en mi se aflojó, pero no me soltó.
──Georg, para ya. Creo que es suficiente. ──La voz de Tom hizo eco por toda la habitación y entonces Georg paró en seco. Gustav lo quedó viendo en el suelo, o al menos intentaba mirarlo, la sangre corría por toda su cara. ──¿Te es suficiente, Gustav? ──dijo con una sonrisa ladina, sádica.
──¿Y ahora qué? ¿Es el turno de Bill? ──Cuando Georg me quedó viendo con sed de matarme... yo ya estaba rezando tres ave marías, pero Tom también estaba centrado en mi y él negó. ──¿Eh, por qué? ¡Él también es participe de esto! ¡Él ayudó a Gustav, hay que cast-
──Tú tratas a tu perro como se te da la gana. Pero Bill no es tu perro, tú lo tocas y el... muerde. ──Tom pasó su mano por mi cabeza como si fuera un perro de verdad, yo me aparté agresivamente. ──¿Lo ves? Muerde, y créeme, como duele.
