capitulo 14

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Akane y el hombre yakuza descendieron apresuradamente del vehículo, sumergiéndose en los callejones como sombras en la noche. El hombre se dejó caer de espaldas sobre un montón de bolsas de basura, su cuerpo ensangrentado y aún temblando por el duro encuentro con el bastardo asesino de su abuelo. Mostraba así una  sonrisa victoriosa, saboreando la sensación del triunfo en medio de la pila de basura a su alrededor. Sus músculos al fin se relajaron, pero todos sus sentidos seguían en alerta, por si alguien los estaba siguiendo.

-Lo logre, se nota que fue fácil. -dijo el yakuza recuperando el aliento.

-Aja, si, seguro. -comento akane mirando el estado del yakuza. 

-¿Que?

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-¿Que?... estoy bien mujer. 

-Solo mírate. - dijo señalando su aspecto.- te vez de la mierda.

-Ya cállate mujer, no estoy dispuesto a escuchar tu mierda ahora. 

-No me jodas, la condición deplorable en la que estas y todo fue por ese chiquillo ¿denji, no?, si solo hubieras cortado toda sus extremidades est-

- ¡Carajo, mujer! ¿Crees que sabía de su mierda? ¡Él solo convulsionó, ¿okey?! ¡Solo convulsionó y solo me dijiste que poseía motosierras en los brazos, solo eso! - gritó al mirar a la mujer, que tenía una mirada muy decepcionada, lo que hizo que el yakuza se sintiera pequeño y decepcionado. - No... yo... no sabía. No sabía que tenía esa fuerza sin siquiera transformarse, digo... él solo hizo aparecer las motosierras, sin más... sin hacer algo antes, solo aparecieron. Lamento que te haya pasado esto, hiciste todo para que yo tuviera esto- dijo golpeando su pecho. - Me diste el corazón del demonio katana y mírame, estoy en la peor condición.

-¿Terminaste?. -dijo akane mientras sacaba un cigarro de su pantalón. 

-Bueno, si. Ya me desahogue pero  eso es lo que menos importa... -dijo metiendo sus manos en su saco. -Ahora que le arranque el corazó- ¿eh?.

-Que paso ahora. -dijo apretando los dientes haciendo que el cigarro se partiera. 

El yakuza sacó de su bolsillo el órgano, pero ambos sintieron un escalofrío al notar que el corazón... estaba latiendo. El silencio se apoderó del callejón mientras observaban con incredulidad el órgano palpitante entre sus manos, un presagio inquietante de lo que vendría.

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Tres días después...

En el hospital, Aki estaba sentado en una silla de ruedas, su pierna rota era una molestia secundaria en ese momento. Frente a él, en una camilla, se encontraba Himeno, conectada a varios tubos para poder respirar.

Solo soy Denji...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora