Gal Pals || F¡Yandere!Harem X Lectora

Good Mourning

Nota

TW: menciones de suicidio

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Kimiko ya no te acosó después de eso. De todos modos, Minoru la mantuvo demasiado drogada para hacer algo. estimulantes para mantenerla alerta, tranquilizantes para mantenerla calmada, analgésicos para mantenerla feliz...derramó todo su amor y atención en la única princesa que le quedaba.

Kimiko todavía te miraba furiosa, más enojada que un avispero pateado, cada vez que ustedes dos se cruzaban en el pasillo, pero no se atrevió a acercarse a usted nuevamente. Tampoco hiciste lo mejor que pudiste para no desencadenar sus instintos posesivos.

Mantuviste a todos, tanto profesor como compañero de clase, a distancia. Y ellos captaron la indirecta y mantuvieron la distancia. Esto es lo mejor, te dijiste, incluso cuando anhelabas un abrazo, una palmadita en la espalda, algún tipo de caricia suave. Las chicas te habían mimado antes y ahora estabas hambriento de contacto.

De todos modos, dejarías esta escuela tan pronto como terminaron los exámenes de ingreso a la universidad. Harías nuevos amigos en tu nueva escuela. Amigos seguros. Amigos que no te apuñalarían a ti, ni a nadie más, por la espalda.

......

Una de las primeras cosas que hiciste después de que Minoru te interrumpiera fue deshacerte del teléfono que ella te regaló. No se lo devolviste. Eso sentaría un precedente y no podrías retirar el cheque que te dio por la ventana.

Sin embargo, mantuviste los números de las chicas guardados en tu nuevo teléfono. Todavía ignoraste sus mensajes de texto y llamadas. Pero si te enviaban mensajes de texto con algo remotamente espeluznante o amenazante, querías tener capturas de pantalla que pudieras mostrárselas a la policía.

Parecía que preferían llamar. No te gustaba hablar por teléfono, no querías hablar con ellos, así que simplemente dejaste que sonara.

Minoru no se había puesto en contacto contigo ni una sola vez desde que le dijiste que ya no la necesitabas. Oshiro llamó una vez, la noche que Kimiko te dejó en el armario de las escobas.

Hinata llamaba con mayor frecuencia, cada hora en punto cuando ustedes dos no estaban en la escuela. Esas llamadas cesaron abruptamente después de que ella se comprometió. El hospital psiquiátrico en el que se encontraba probablemente le quitó el teléfono.

Kimiko le está dando una oportunidad a Hinata, pensaste una noche después de que tu teléfono te despertó por duodécima vez. La primera vez fue a las dos de la madrugada y ahora eran las tres de la madrugada. Intentaste silenciar tu teléfono, pero la luz y la vibración fueron suficientes para despertarte de tu letargo.

Habiendo tenido suficiente, te volteaste enojado en la cama y tomaste tu teléfono de la mesa de noche. Con más fuerza de la realmente necesaria, mantuviste presionado el botón de encendido

hasta que la pantalla se volvió negra.

Tu mamá te despertaría por la mañana. Después de todo, ella te llevaba todos los días.

.....

No sabías qué nuevo rumor difundió Minoru sobre ti, pero todos los ojos estaban puestos en ti al día siguiente en la escuela. Debe haber sido algo atroz, porque la gente seguía girando la cabeza hacia ti antes de apartar la mirada rápidamente.

Ella ni siquiera estaba en la escuela ese día, y tampoco Oshiro y Kimiko. Eso te hizo sentir incómodo. ¿Qué estaban planeando? Normalmente asumirías que no tuvo nada que ver contigo, pero tú eras el personaje principal. Todo tuvo algo que ver contigo.

Nadie te lo dijo. Había que enterarse por los anuncios de la mañana de lo que pasó. “Como muchos de ustedes ya saben, Kimiko Noa falleció esta mañana temprano. En honor a su memoria, hagamos una pausa por un momento de silencio para reflexionar, meditar, orar o realizar otra actividad silenciosa”

El tiempo pareció detenerse.

Eso era imposible. Kimiko nunca murió en el juego original. Pero este no es el juego original, te informó una voz en el fondo de tu cabeza. Si lo fuera, no serías el personaje principal.

¿Se...se suicidó? No, esa no era su manera. Se amaba demasiado a sí misma. Preferiría incendiar el mundo antes que encender una cerilla,

¿Alguna de las otras chicas podría haberla lastimado? Quizás hubo un desacuerdo sobre si debían acudir a la policía y confesar el asesinato de Hiro. No, eso tampoco podría haber sucedido. Estaba orgullosa de lo que había hecho, como un gato que presenta un pájaro muerto a su dueño.

Luego terminó el momento de silencio y todos volvieron a su día. Incluyéndote. Pasaste el resto del día en piloto automático, sin prestar atención a nada de lo que se decía o hacía.

Fuiste a la oficina del consejero escolar durante la Sala de Estudio. Había una fila de chicas saliendo por la puerta, todas llorando desconsoladamente. Kimiko era una chica polarizadora pero popular. Toda la escuela la lloró. Te tomó todo el período llegar al frente de la fila.

"¿Cómo murió ella?" Le preguntaste al consejero.

“Una pregunta natural para aquellos que están de luto, pero..."

La interrumpiste, no querías escuchar lo que tenía que decir, solo querías una respuesta a la pregunta que no dejara de circular en tu mente. "¿Cómo murió ella?"

"No importa cómo murió, sólo cómo vivió”.

"¡¿Cómo murió ella?!"

"Voy a llamar a tus padres".

Buena suerte con eso. Saliste de la oficina sin siquiera darle tu nombre. Ella te llamó, pero regresaste a la Historia Mundial como si nunca hubieras hecho el viaje. Con los escritorios vacíos de Hiro y Minoru a tu alrededor, te sentías a la deriva. La tierra estaba a la vista pero fuera de su alcance.

La noticia de la muerte de Kimiko llegó a la madre de Aina de alguna manera. Ella siguió lanzándote miradas preocupadas en el camino a casa.

“¿Quieres... quieres hablar de eso?” Preguntó después de una eternidad de silencio. “Eso” ya flotaba en el aire como la espada de Damocles. Sacudiste la cabeza y ella dejó el tema, así sin más. Te hacía preguntarte si ella siquiera quería hablar de ello o simplemente se estaba ofreciendo a ser amable.

Subiste las escaleras de dos en dos mientras subías corriendo a tu habitación, hacia tu teléfono, aún apagado y enchufado. Con manos temblorosas, mantuviste presionado el botón de encendido hasta que apareció el logo. La pantalla brillaba cegadoramente en tu habitación oscura. La notificación apareció al instante.

48 llamadas perdidas de Kimiko.

Sin pensarlo, le devolviste la llamada. Esto fue una broma. Tenia que ser. ¡Ella no estaba realmente muerta! Era una broma malvada, una que la metería en un gran problema cuando se presentara en la escuela mañana.

Pero el teléfono siguió sonando y sonando. Sin respuesta, contestador lleno.

Esto está mal. Dejé de jugar, se suponía que nadie más iba a morir.

Estuviste sentado en la cama, teléfono en mano, durante mucho tiempo. El tiempo suficiente para que la habitación se oscureciera aún más a tu alrededor cuando se puso el sol. Le gustaría pensar que está procesando su dolor, pero no puede escuchar sus propios pensamientos por el rugido en sus oídos.

Finalmente, tu dedo se movió, navegando a tus mensajes. Le enviaste un mensaje de texto a Oshiro antes de que pudieras pensarlo mejor, antes de que pudieras recordar que cortaste el contacto y por una buena razón.

"¿Cómo murió ella?"

Te quedaste dormida esperando una respuesta.