La doctora estaba en su laboratorio, preparando su droga para crear a hombres y mujeres ninfómanas, aparte de meterte tu dosis ella también las vendía. Mientras mezclaba las dosis miraba en una pantalla y veía como estabas desatada y los hombres que entraron en aquella casa intentaban estar a tu nivel.
Brie se mordió el labio al ver como comias esas pollas, lanzo un leve gemido al ver como eras penetrada, penetrada anal y vaginalmente, todo a la vez, como sudabas y disfrutabas.
Ella se echo un poco de aire con su mano intentando pensar en otra cosa y no dejarse llevar y tocarse al ver como follabas, había creado contigo con las drogas una ninfómana.
Miro su reloj y comenzó a contar los minutos, los mismos cuando en esa pantalla veía como cogías las dos pollas, contaba los minutos que cuando recibieras tu dosis de esperma en el rostro, ese momento seria cuando se te pasaría la dosis.
Ella bajo por la escalera y te vio en el sofá agotada, con la cabeza hacia atrás, no podías casi respirar, porque todas tus fuerzas se terminaron después de ese gran polvo, se terminó el efecto de la droga, con tu cuerpo bañado de sudor y semen.
La doctora le dio un fajo de billetes a los dos hombres que también estaban agotados, con esa droga eras una bestia sexual.
Al marcharse los chicos, Brie te cogió del brazo y te forzó a levantarte, aun con tus piernas agotadas, sin fuerzas, te pesaban hasta tus tetas llenas de silicona:
-Venga, ve a tu cuarto a descansar, mañana tendrás que trabajar......Te estoy preparando alguna sorpresa más.