Atípico [Matienzo]

Capítulo 5 - Te estoy buscando, te estoy provocando

Enzo ya fluía entre los sueños y el mundo terrenal, pero aún así lo oyó.

–Te quiero.

–Yo también te quiero –murmuró, entre este mundo y el de los sueños, quedándose dormido al momento. Esa noche tuvo sueños especialmente bonitos, siempre arropado por el calor de Matías mientras dormía.

Cuando se despertó, el alfa ya no estaba en su cama, pero sí tenía una nota de él.

"Cuento las horas para volverte a tener <3" 

Sonrió, con cara de estúpido, ese era el efecto del alfa en él. 

La dinámica de despertar y tener una nota de Matías ya era algo habitual en su ¿relación? No sabía cómo llamar a lo que tenían. Definitivamente eran más que amigos, demasiado cercanos para ser conocidos, demasiado íntimos como para que todo quedase en un par de revolcones.

¿Aquel intercambio de palabras había sido real, o lo había soñado?

***

Matías no sabía donde meterse. Había estado moviéndose todo el rato mientras lo maquillaban, para fastidio de la chica que tenía que prepararlo para encarar a su personaje.

Le había dicho que lo quería, y Enzo a él. El simple recuerdo hizo que se sintiese flotar.

Lo quería, lo quería de verdad. Y ya no había vuelta atrás, supuso. Se estaba enamorando perdidamente del omega más mayor y ya no sabía cómo ocultarlo. Ya no sabía que excusa inventar para poder verlo a solas, quería tocar su cintura en público, agarrar su mano, besar sus labios.

Soñaba con marcarlo algún día y que fuese su omega para siempre, llevarlo al altar, quería hacer tantas cosas con él que las ideas no le cabían en la mente ni en el corazón.  

Aún así, sabía que en mitad del rodaje no era la mejor ocasión para declararse -más, si cabía- y tampoco tenía claro lo que quería Enzo. Le había dicho que lo quería y que quería pasar su celo con él, pero ¿quería algo más? Necesitaba que fuese así. Matías quería ser su pareja. 

Decidió arriesgar.

"¿Podemos ir a ver el atardecer juntos? :)"

Matías cruzó los dedos.

"Me encantaría, alfa <3"

Matías dio un salto justo cuando lo estaban maquillando y la chica esta vez sí se enojó.

***

Como ya era casi costumbre, subió rápidamente a cambiarse de ropa y prepararse para ir ver a Enzo. Se sonrojó pensando en él como en su omega, su pareja.

Oyó como llamaban a la puerta y fue a abrir, extrañado, ya que no esperaba a nadie.

–Hola... Acabé de cambiarme antes y tenía ganas de verte.

El omega estaba allí, alto como para sacarle dos cabezas,  justo delante suyo, vestido con ropa adecuada para salir fuera y luciendo deliciosamente sonrojado. Dios, cuánto lo quería. Si no se apresuraba a cambiarse de ropa, se la iba a arrancar al omega y no iban a salir a ningún sitio.

Sin pensar -como siempre- en lo que hacía se inclinó hacia delante, se puso de puntillas, rodeando el cuello de Enzo con sus brazos y lo besó ahí mismo, con la puerta abierta de par en par.

–Hola –dijo Matías al separarse– Ya voy, estaba acabando de vestirme.

Vio al omega asentir y fue corriendo a calzarse, no quería hacerlo esperar. Rápidamente volvió al lado de Enzo y le ofreció su brazo, que éste tomó. Había tenido sus dudas, cualquier podría verlos juntos, pero bueno, lo acababa de besar con la puerta abierta y a Enzo no parecía haberle importado, ya que más daba.