Matías no podía estar más enamorado de su omega. O al menos eso pensaba todos los días y al final descubría que siempre era mentira, al día siguiente amanecía más enamorado aún de Enzo Vogrincic. Su omega era perfecto y sólo quería presumírselo al mundo entero.
Hacía unos meses que vivían juntos en Argentina después de que finalizase el rodaje y ambos habían seguido con su trayectoria profesional. Siempre había algún casting, alguna entrevista o sesión de fotos. Además, Enzo amaba hacer teatro y él amaba verlo feliz.
Esperaba con ansias el estreno de la película en Venecia, faltaban cuatro meses y estaba seguro de que catapultaría sus carreras al infinito. Y quería que Enzo fuese algo más que su pareja para entonces, quería que fuese oficialmente su compañero, su omega. Quería marcarlo, reclamarlo y que todo el mundo supiese que era suyo y que él era de Enzo.
Al parecer tuvieron la misma idea, ya que esa misma tarde su omega se sentó encima suyo, casi cubriéndolo con su cuerpo y le que le dijo lo dejó mudo.
–Alfa ... –había comenzado Enzo, y Matías solo podía pensar en lo mucho que adoraba cuando lo llamaba así – mi próximo celo es en dos semanas.
Matías asintió, siempre consciente de los ciclos de su omega. Quería ser un buen alfa para él.
–Lo sé, precioso –dijo besándole la sien– Voy a cuidar de ti, como siempre. Sabes que nunca te dejaré solo, ¿verdad?
Enzo asintió, levemente sonrojado. A veces aún le costaba un poco que el omega se diese la consideración que realmente merecía. Enzo se merecía que besase el suelo por donde caminaba.
No vio venir la siguiente pregunta del omega.
–¿Vas a marcarme, alfa?
Matías miró a su delicioso omega, tal alto y tan hermoso, con la piel levemente sonrojada y sintió que se enamoraba aún más de él.
Lo besó en los labios, agarrándolo fuerte.
–No podía esperar a que me lo pidieras, precioso –murmuró contra su cuello– Vas a ser todo mío y no puedo esperar para que seas mi omega.
No mencionó nada sobre querer cachorros con él, todavía no, pero Matías lo deseaba ardientemente. Lo había deseado desde que llevó a Enzo a casa de sus padres y vio como se le iluminaban los ojos al ver a su sobrina más pequeña y al cargarla.
Desde ese día no podía esperar para ver a su omega con su vientre hinchado por sus cachorros y cargando a sus hijos en sus brazos. Lo quería todo con Enzo.
***
Enzo estaba definitivamente en celo y definitivamente muy caliente y sensible. Lo único que quería era a su alfa llenándolo, haciéndole mimos en el pelo, besándolo, diciéndole cuánto lo amaba y cuánto lo deseaba.
Afortunadamente Matías era un alfa ejemplar.
Su alfa lo estaba follando deliciosamente tal y como le gustaba, contra la pared. Por supuesto que lo había tenido ya en todas las posiciones habidas y por haber, pero había algo en Matías haciendo una demostración de fuerza al cargarlo y sujetarlo por las piernas para empotrarlo contra la pared y follarlo desesperadamente que lo volvía loco.
Una de las manos del alfa lo mantenía sujeto en el aire mientras tomaba su cuerpo y la otra estaba justo en su nuca, evitando que se golpeara contra la pared en la pasión de su celo. Incluso perdido en la bruma del punto más álgido de su ciclo, podía percibir ciertos detalles como ese y amaba aún más al alfa por eso.
–Matías –gimió, terminando de nuevo, sin control alguno sobre su cuerpo– Alfa, te amo ...
Matías lo besó en un roce sorprendentemente suave para el momento que estaban compartiendo.
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Atípico [Matienzo]
RomanceEn la que el atípico alfa Matías conoce a un también atípico omega durante el casting de una prestigiosa producción y se enamora perdidamente de él. MATIENZO Alfa Matías Recalt x Omega Enzo Vogrincic