Capítulo 7 - Los hoyuelitos que te salen

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Matías nunca había sentido el monstruo de los celos mordiéndolo por dentro, pero definitivamente lo sintió cuando regresó con su omega a Granada para seguir con la filmación de la película. Ambos habían acordado que si bien no mantendrían su relación en secreto, tampoco la anunciarían. No se dio cuenta de que eso dejaba a Enzo disponible a los ojos a los demás alfas, y Matías tampoco pensó que encontraría un posible alfa rival en el mismo set.

Eso fue hasta que encontró a Agustín Pardella oliendo demasiado cerca el cuello de su omega y sintió a su alfa interior enfurecerse. Pardella besó la mano del omega y una parte de él quería ir y reclamar a Enzo como suyo ahí mismo, morderle el cuello delante de Agustín y gruñirle para que no se acercase, pero su parte racional -la que no era su alfa interno enfermo de celos-sabía que no era una buena idea.

Aún así, apretó tanto el puño que se hirió la mano clavándose las uñas.

***

Enzo no había esperado una intromisión en su espacio personal, no en el set y no por parte de un miembro del cast. No había sucedido en cuatro meses de rodaje y no se esperaba que pasase a la hora de volver a Granada.

Y sin embargo ahí estaba Agustín Pardella.

El alfa se había acercado a él en un momento de descanso entre escenas, aprovechando que en ese momento estaba solo y se había acercado a olerlo sin permiso.

—Mmmm Enzo, hueles muy bien.

El omega se sobresaltó e inmediatamente se alejó. Sabía que aún había retazos de su celo pasado en su olor, pero esa intromisión en su espacio personal lo hizo sentirse avergonzado, invadido.

—No te acerques así, no me gusta. ¿Siempre hueles sin permiso a todos los omegas?

Estaba realmente molesto y el alfa tuvo la decencia de lucir avergonzado.

—Tenés razón, lo siento —se disculpó— Hueles delicioso, pero no es excusa para mi comportamiento. No me había dado cuenta de lo atractivo que eres.

Enzo asintió, aceptando la disculpa del alfa. No vio venir su segunda frase.

—¿Tenés un alfa?

—¿Qué?

—Ya sabes, ¿tenés pareja? 

Agustín olía interesado y definitivamente esa no la vio venir. Tampoco sabía bien que responder, Matías lo estaba cortejando, habían pasado un celo junto, pero ... ¿eran una pareja?

—No exactamente. Creo.

—Te están cortejando —adivinó Agustín y él asintió— ¿Aceptarías otro cortejo?

Enzo no se lo podía creer. Toda la vida siendo despreciado por la mayoría de alfas que había conocido y ahora dos tenían prisa por salir con él. Aún así, tenía muy clara su respuesta.

—No, lo siento —dijo firmemente, aunque mantuvo una sonrisa amable— Me siento halagado por la propuesta, Agustín, pero realmente me gusta el alfa que me está cortejando.

—¿Lo conozco? ¿Es de los nuestros?

Enzo sonrió misteriosamente.

—Puede —dijo escueto, casi coqueto al pensar en Matías y en todo lo que hacía con él a espaldas del grupo.

Agustín tomó su mano y la besó gentilmente.

—Está bien, no tengo nada que hacer entonces —dijo sonriendo— Avísame si no sale bien, de verdad me interesas.

Atípico [Matienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora