𝐡𝐨𝐦𝐞, matías recalt

I

Clementine estaba ordenando tazas por color escuchando su playlist de música retro en sus audífonos cuando la puerta se abrió.

Su mejor amigo, Juani, entró super emocionado para hablar con su amiga, pero la encontró de espaldas, sumergida en su propio mundo.

Sonriendo divertido, cruzó el mostrador para girarla suavemente. Ella al verlo se sacó sus audífonos apresuradamente y se tiró en los brazos de su mejor amigo. Riendo, Juani la abrazó de vuelta.

-Te extrañé, Clemmie-
-Yo más- Dijo apretándolo en el abrazo. Se separó un poco. -¿Qué haces acá? Es muy temprano. ¿Estás yendo a tu trabajo súper secreto del que no me puedo enterar?- Preguntó con una sonrisa burlona.

-Si, pero necesito tu ayuda-

-¿Con qué?- Preguntó ella, moviéndose para preparar el café favorito de Juani.

-Voy a comprar el desayuno para todos mis amigos del trabajo, y tu cafetería es la más rica de todas- Dijo sonriendo.

Clementine siempre había soñado con tener su propia cafetería, y al cumplir los 20, luego de ahorrar por mucho tiempo, y con algunas ayudas de su familia, logró abrir su pequeño pero acogedor lugar de café y pastelería. Cocinar le fascinaba, y todo el tiempo probaba nuevas recetas para incorporar en su café. Tenía muy buenas vistas reseñas por sus productos y la calidad de la atención que los clientes recibían.
Era un lugar bastante conocido en la zona, pero nada famoso. Aún así, era todo y más para Clementine.

Ella abrió sus ojos sorprendida, dándose la vuelta. -¿De verdad?-

Juani solo asintió con la cabeza

Clementine río emocionada. -¡Genial! Entonces, ¿qué vas a pedir?-

Mientras Clementine preparaba los 30 cafés que había ordenado Juani, no podía evitar pensar en que estaba trabajando su amigo. Como si este le hubiera leído la mente, dijo:

-Estoy trabajando en una película. La sociedad de la nieve-

Juani miraba la espalda de su amiga esperando su reacción. Sabía que Clementine era una fanática del libro, ya que estaba obsesionada con toda la tragedia.

A Clementine casi se le cae el café de las manos. Se giró lentamente con los ojos bien abiertos.

-¡¿Qué?!-

Después de unos minutos, Clemmie estaba cerrando la cafetería para ayudar a Juani a llevar el pedido a su lugar de trabajo. Debido a la hora, era la única trabajando. Sus empleadas llegaron un poco más tarde.

Estaba tan emocionada que le temblaban las manos, y la sonrisa en su cara parecía imborrable. No podía creer que su mejor amigo fuera a actuar en la película sobre uno de sus libros favoritos y menos estar en camino para conocer al cast.

Vestía un sweater azul bien abrigado y una campera, ya que aún no salía el sol y hacía mucho frío. La bufanda le tapaba la nariz y eso más su expresión le daba aspecto de niña. Cargaba una bolsa en cada mano, al igual que Juani. Iban caminando con cuidado para no volcar nada hasta que llegaron a un edificio bastante lujoso.

En lo que subían al ascensor, Juani le explicó que ese no era el set, pero que estaban por tener una reunión.

De repente Clemmie se puso nerviosa, y eso hizo que sus mejillas se enrojecieran. ¿Y si no les gustaba su café? ¿Y si ella no les caía bien?
Juani la sacó de su ensoñación para indicarle que debían entrar a la habitación, pero se dio cuenta del aspecto que traía su amiga.

-Tranquila, Clemmie. Son re piolas, te van a amar. Además, ¿quién no te amaría?- Juani sonrió.

Clementine se tranquilizó y le dio un beso en la meijilla. Abrieron la puerta, y todos adentro se callaron.

Juani sonrió y saludó a sus amigos gritando un hola general. Le devolvieron el saludo, y todos los ojos fueron a parar en Clementine.

-Chicos, ella es mi mejor amiga, Clemmie. Les preparo el desayuno y se los trajimos-

La habitación estalló en vítores, pero los ojos de Clementine estaban fijos en los de un chico con mirada profunda y una pequeña sonrisa adornando su cara.

Después de estar en un trance por 1 minutos, Clemmie alejó la vista de su mirada profunda y sonrió, apoyando una bolsa en una mesa cercana y saludando con la mano.

-Hola- Dijo un poco tímida suavemente. -Soy Clemmie-

-Es un placer conocerte, Clemmie. Soy Enzo- Dijo el chico alto, que por cierto era muy buen mozo.

-Kuku!- Gritó otro presentándose.

-Soy Pipe, y el es Fran- Clemmie sonríe ante las introducciones, pero de repente se le acerca un alto de rizos y la abraza diciendo -Soy Blas, ¡espero que podamos ser amigos!-

Riendo, Clementine le responde que le encantaría.

Cuando creyó que todos se habían presentado, el chico de ojos marrones con el que había hecho contacto visual antes se le acerca y le da un beso en la mejilla.

-Matías Recalt-

Clemente sintió que se le paraba el corazón.

Ahora si este es el primer capítulo. Les vuelvo a recomendar que lo lean en blanco.

Voten y comenten, espero que les guste!

Mela