MES 2

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"A veces cuando te miro a los ojos
pretendo que sos mío todo el tiempo"

"Delicate" - Taylor Swift

"Delicate" - Taylor Swift

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narrador omnisciente

El catorce de Febrero era el día más capitalista y materialista del mundo. O bueno, eso es lo que dicen las personas sin pareja.

Para Delfi ese día era algo bonito. Aunque nunca pasó esa fecha con alguien; adoraba ver a las parejas felices caminando por las calles agarradas de la mano, y ahora, junto a Matías, podía al fin ser protagonista.

Matías la había invitado a merendar a unas cuadras de su departamento. Desde que terminaron las grabaciones pasaba su tiempo con Delfina. Él la amaba a ella con todo su corazón y todo el día temía no ser suficiente.

Esa capa que mostraba de ser una persona segura y digna del cariño de la morocha, al final del día era solo eso; una capa.

Su cabeza estaba llena de preguntas y no entendía en qué momento podía pedirle ser su novio, cuándo darle un beso, si ella sentía lo mismo e incluso si él sentía lo mismo. La mente de un adulto-adolescente era un desastre, estaba entre la fina linea de comportarse como un ser humano maduro o un estúpido e incoherente niño.

Ahora, con sus manos entrelazadas caminando por las calles de Buenos Aires todo se tránquilizaba. Era inexplicable la paz que sentían estando juntos y esa manera de que el silencio fuese tan cómodo no tenía precio.

También estaban sus charlas que no tenían ningún tipo de desperdicio. Es más, la familia de Delfina hace poco volvió a ver a Matías, ya que un día caluroso los agarró y fueron a la casa de los Herrera para meterse a la pileta, y sin dudas se divirtieron con las payasadas que los enamorados decían o contaban.

—Mirá ese perro, le hace falta unos litros de agua— Delfina le susurra a Matías para que voltease disimuladamente a ver a un golden retriever revolcandose en la tierra.

—Y aquel se parece al dueño— el castaño ríe mostrandole donde había un perro pequeño que parecía un viejo.

Era gracioso como desde una vereda criticaban a los que pasaban por la otra vereda. Siempre se sentaban en la plaza o en el balcón del departamento a tomar mates y criticar personas, ni siquiera la Bomba Tucumana se salvaba de ellos dos.

Delfina miró las casas por las que pasaba y una en especial le llamó la atención por una sola cosita.

—Mati— llamó al chico que rápidamente le dió toda su atención y frenó el paso— ¿Hace cuánto no corres?

Herrera se había parado junto a una casa que tenía un timbre y lo tocó para estirar a Matías de la mano y salir corriendo hasta doblar en la siguiente cuadra, donde frenaron y soltaron carcajadas ante la adrenalina.

—Tarada, avisame— él la empuja despacio sin dejar de reír.

No fue algo chistoso solo para ellos, sino que los que estaban en la vereda del frente apreciaron como ese tierno par hicieron una travesura tan inocente como esa, aunque el dueño del timbre salió algo enojado a ver quién molestaba.

Siguieron caminando de la mano mientras hacían chistes sobre lo recién sucedido, sabiendo perfectamente que sería uno de sus cientos de jodas frecuentes.

La quimica entre ellos era tan pura y natural que con una mirada podían decirse todo, desde algo trista hasta criticar en silencio. Pero no saben identificar si son almas gemelas, usualmente ese tipo de cosas no se animan ni siquiera a pensar, solo viven el momento porque entienden que algún día todo va a terminar, sin importar que sea en su lecho de muerte o en dos días.

Nadie iba a quitarles esas sonrisas, miradas y cómplicidad, es más; nadie podría siquiera intentarlo. Delfi y Mati se querían demasiado como para permitir que eso se arruinara como si nada.

Finalmente llegaron a la nueva panadería donde iban a llenar su mesa de comida para probar y saber si volverían a visitar ese local.

Apesar de que Delfina amaba escuchar a Matías hablar; también adoraba mirarlo y eso era una distracción muy grande al momento de solo escucharlo. Ante sus ojos era el hombre más hermoso y delicado del mundo. Como sonreía cuando hablaba y como sus ojos se enchinaban si se reía era tan fascinante que se atrevería a compararlo con un ángel.

Pero lástimosamente hace poco había llegado el día en el que cortó su pelo después de dejarlo crecer unos cuantos meses para interpretar a Roberto Canessa. Eso si le dolió a ella, pero ahora tenía el corte de Timothée Chalamet en "El Rey" y no había mejor época de Timothée (en su opinión) que el bowlcut.

Como un pequeño regalo del día de los enamorados, Delfi hizo un cover de "Delicate" que rápidamente fue bien recibido por los chicos y chicas del trabajo. Sobretodo por al que se lo dedicaba.

Matías veía y escuchaba su voz sin falta todos los días. Tenía una carpeta especial para los covers de su enamorada, asi que entraba ahí y simplemente disfrutaba la hermosa voz que parecía la descripción de como te recibían los ángeles en el cielo.

Su comida llegó y de inmediato comenzaron a probar todo. Parecían unos muertos de hambre, pero no les importaba.

—Fua, proba el lemon pie— ella le pasa una cucharada de su tarta y Matías la prueba, haciendo una cara medio rara— No me la bajes así...

—Tiene mucho limón— responde una vez que traga y toma un poco de agua.

—¿Qué decís? Le falta un montón de limón— le hace un montoncito con la mano algo ofendida para ser una amante del limón— Una vez mi mamá hizo un lemon pie con limones de Paraguay y nunca volví a comer uno igual.

—Como me encanta que tengas una anécdota para todo— él confiesa completamente de la nada y mirandola con puro cariño en los ojos.

Slut! | M. RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora