Capítulo Octavo

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– ¡Oigan, tengo una idea! – comentó Shoyo mientras entraba corriendo a la habitación del Karasuno, a pesar del entusiasmo en su voz, nadie volteó a verlo. – Bueno, y yo que pensaba hacer una broma a los demás, supongo que solo seremos Hinata y yo.

Fueron minutos para que todos se acomodaran en un círculo y Hinata pensó asombrado que el nombre de la peliazul tenía una gran capacidad de manipulación.

– Bueno, mi idea era vestir a Hinata como un fantasma, que entre a la habitación de los chicos y haga sonidos extraños o camine por las paredes, ya saben. – Los chicos se miraron entre sí.

– ¿Estás seguro de qué Hinata te dió su permiso para esto? – cuestionó Asahi.

– Mmmh, si... Digamos. –

– ¿Cómo que "digamos"? Fue un sí o no. –

– Le dije que quería hacer una broma a los chicos y le pedí ayuda, ella me dijó que no había problema mientras lo que haga, o bueno, hagamos sea inofensivo. –

– ¿Qué tan inofensivo crees qué sea matar a alguien del susto? Tomando en cuenta lo que Hinata puede hacer. – habló despreocupado Tsukishima.

– Oye, tampoco creo que lleguemos a eso. –

– ¡Yo me uno! Pero si nos atrapan será tu culpa Shoyo, ni se te ocurra meter a Hina-chan en eso. –

– ¡Yo opinó lo mismo que Ryu!

– Bien. –

– Yo también. –

Luego de tener a todos los extras listos y elaborar un mejor plan, solo les faltaba la pieza central: la adorada peliazul. No fue muy difícil de encontrar, pues se encontraba almorzando con Shimizu y Yachi, fue Daichi quién le pidió que lo acompañara. Ambos caminaron de regreso intercambiando leves comentarios o gustos, para el pelinegro fue un momento refrescante.

– Bien, ya estamos aquí, pasa. –

– Eh... Si, gracias. Con permiso. – apenas abrió la puerta los tres revoltosos del grupo ya estaban frente a ella, Hinata sonrió y platico un rato con ellos antes de sentarse a un costado con los demás, pues los futones ocupaban gran parte del lugar y no quería ser irrespetuosa. Observó unos segundos el lugar, no era diferente a la habitación que ella compartía con las chicas, las paredes eran de un tono amarillo pastel, habían unas cuantas ventanas y el suelo era de madera, tal vez esta era un poco más espaciosa y levemente desordenada, pues veía un montón de bolsos deportivos en un costado y de ropa en otro. Rió al notar como el armario estaba apuntó de explotar y por como Nishinoya se apresuró a tirar unas cuantas basurillas que habían a su lado.

– Bien, ¿y qué tienen planeado? – todos los chicos observaron a Sugawara, el levantó las cejas interrogativamente, Daichi a su lado le susurró que el comentará el plan, pues era uno de los mejores explicando. Suga los observó a todos indignado, solo querían que él dijera lo que hablaron para ponerse del lado de Hinata por si ella se negaba, después de una pelea sin palabras y a base de miradas con los demás, miró a Hinata quién estaba levemente confundida por lo que acababa de ocurrir.

– Bueno, nosotros habíamos pensado en asustar a los chicos, la idea era que te arreglaras para parecer un fantasma y luego te infiltrarás en la habitación de Fukurodani y luego de Nekoma, nosotros instalaremos nuestros celulares antes de que anochezca y grabaremos lo qué sucede. Entrarías por la puerta y caminarias por las paredes o puedes hacer sonidos, el punto es asustarlos, luego de eso sales por la ventana y vuelves aquí. Es muy seguro que los chicos salgan gritando y busquen a alguien para contar lo que pasó, una parte de nosotros irá a ver qué sucede mientras la otra se quedará aquí contigo, luego de que los búhos se hayan tranquilizado entrarás a la habitación de Nekoma y repetiremos los mismo. ¿Qué opinas? ¿Es mucho riesgo para ti?

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⏰ Última actualización: Jan 31 ⏰

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