Sediento

13 0 0
                                    

En el mal siempre hay bien, pero en el bien abunda el mal.

El daño que se recibe a veces puede cambiar mucho lo que hay dentro de una persona, incluso los valores, la cordura.

El odio es inminente, el deseo de venganza y el rencor por injusticias evocan algo que altera cada célula del cuerpo y cada parte del alma.

La cordura se nubla y las ganas de cobrar por lo que le hicieron van aumentando a la par de los recuerdos tóxicos que alguna vez fueron realidad.

Hasta en personas buenas hay maldad. En cualquier instante esa parte que no es más que deseo de justicia sale y quiere destrozar todo lo que lo ha herido.

La sed de venganza corrompe las neuronas y los sentimientos, dejando de querer paz para desear el dolor de quienes se la quitaron.



 Pensaron que no volverían a saber de mí, que no regresaría jamás al lugar de mi muerte, que nunca más volverían a escucharme sufrir.

Bajo las piedras vigilando sus pasos y sobre el cielo viendo sus actos, sigo ahí esperándolos, esperando el momento para destrozarlos.

No me detendré hasta su sangre derramarse oír, hasta que sus consciencias se marquen conmigo, hasta que deseen dejar de existir. 

En sus sueños sigo asechándolos, quiero ser el causante de sus pesadillas porque aquellas astillas en mis brazos se convirtieron en espinas.

El mundo entero sabrá el mal que nos hicieron, el daño permanente que dejaron como huellas de un calvario, las cicatrices sin curar necesitan de su sangre para sanar.

Y esta sed de venganza sigue en mí y en nosotros, seguimos esperando para atacar y no rendirnos hasta por todo verlos pagar.

-Evs


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sentimientos Poéticos: El Primer PasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora