After Mission

495 26 2
                                    

Freddy Trucazo/Jack Conway - Contenido explícito

Era una sensación agradable, liberadora incluso. No era ético ni nada parecido, de hecho, era de lo peor que podía cometerse.

Llevaban ya tres horas intentando hacer hablar al sujeto, hasta que lo lograron, tenían la información y no habría represalia alguna, pues apenas tuvieron lo deseado, lo ejecutaron. Freddy se encargó de ello, él fue el más "manual" en todo momento, Conway era en cambio la voz cantante del interrogatorio, un ya experto en el tema mientras su compañero disfrutaba infligir dolor —no lo escondía, no cuando el que tenía al lado era Conway, el único al que le dejaba ver la mayoría de sus caras—.

Ahora sabían la localización exacta de la base de los que estaban moviendo metanfetamina por la ciudad, bastaría un operativo para cazarlos, así como con los verdes hace cuatro años. También tenían el nombre del jefe y ponerlo en busca y captura era tan sencillo como apretar un botón de la tablet.

Salieron del cuarto de mala muerte ubicado en el norte, por las montañas, confinado dentro de una casa pequeña y a medio caer que usaban cuando los porrazos no bastaban o la CIA daba las órdenes de desmantelamiento de alguna organización, como era el caso de esta, y eso implicaba la luz verde para utilizar métodos más radicales. El aire fresco fue un cambio al olor desagradable del interior, incluso las estrellas brillaban gracias a la poca contaminación lumínica de la zona.

Conway se recostó en el coche, sacando un cigarrillo y descubriendo, mientras lo prendía, que sus nudillos estaban rojos, con un poco de sangre saliendo de la diestra en aquella zona; la porra le había parecido demasiado suave y una manopla era demasiado rápida en llevar a la inconsciencia de su víctima, a quien necesitaban suficiente lucido como para recordar cada dato de su organización. Llenó su boca de humo, el cual se trasladó lento por toda la vía respiratoria, calmando todos sus sentidos como una oleada. Freddy imitó su actuar, sacando por su lado un cigarro. Retiró sus guantes, sosteniendo el cigarro en la boca, había sangre en ellos, también un poco en su ropa y una salpicadura en su rostro, todo restos de lo recién hecho. Miró a Conway y se percató que el rojo se concentraba en sus manos y solo unas manchitas se perdían en los ropajes negros que llevaba. Ninguno iba con distintivos de la policía, incluso el coche era uno descartable, ya eran perros viejos en ese tipo de misiones y no cometían errores estúpidos...se veía bien. Soltó el humo con rapidez, relamiendo sus labios, no era el lugar y seguro tampoco el momento, pero ¿y si le seguía la corriente? No sería la primera vez.

—Oíste, Conway, ¿no te quieres divertir un poco? —insinuó, acercándose para mirarlo de cerca mientras fumaban.

—¿De qué coño estás hablando? —frunció el ceño sin moverse a pesar de que el otro se acercara.

—Ya sabes, neno —hizo una pequeña ceña indicándolos a ambos—. Estamos solos y hemos tenido una pequeña victoria.

Además, aún tenían la sangre de la víctima encima, y eso a Freddy le calentaba un poco, puede que también porque se tratara de Conway, y porque a diferencia de otras veces en las que hacía trabajos solo, ahora tenía la mente despejada. Esa mezcla era suficiente para querer algo de diversión, como había dicho.

—Tú estás de coña, ¿no? —quiso maldecir a viva voz cuando se dio cuenta que la idea le interesaba, soltó el humo en el rostro ajeno, logrando a penas que cierre los ojos.

Miró sus labios, decidido a al menos ir por eso. Lo jaló de la nuca, brusco, para besarlo solo un momento, cortando a penas se percató de que Freddy intentaba atraerlo a algo más.

—¿Chim o no? —Freddy no entendió por qué buscar el beso y apartarse tan rápido, por último se comían la boca y algo es algo.

Llevaban un tiempo considerable con esa relación, una donde en silencio se jalaban a pequeños encuentros, a pequeñas muestras de cariño que rozaban lo escaso. No eran hombres de palabras dulces ni de romanticismos, al menos no tanto, a pesar de esto, cuando Freddy le decía que solo lo tenía a él, lo decía en serio. Y cuando Conway se recostaba contra él para recordar con la calidez ajena que seguía vivo, lo hacía porque confiaba en que no se apartaría. Con ello las regresiones y las apariciones de Toro o de Jacky se habían esfumado de momento —volverían, siempre volvían, y Freddy se asustaba del día que Toro tomara el arma y acabara con Conway sin dejarlo hacer nada—. También tenían una buena química física, por ponerlo de alguna manera, pues ambos disfrutaban cosas como hacer trabajo sucio juntos contra alguien que les había insultado de mil maneras y que además casi se había cargado a Holiday, secuestrado y puesto en medio de un tiroteo. Así que no, no existían remordimientos en cuanto al reciente asesinato, era el sabor agradable de una venganza para ellos, y la euforia de ello se transformaba lento en otro tipo de sentir.

One-shots [SpainRP/LondonEye/MarbellaVice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora