Mío

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Freddy Trucazo/Jack Conway - Contenido explícito

Dolía, ese tipo de dolor que sentía cada cierto tiempo, siempre puntual en su ciclo. Pero esta vez era distinto, no era solo su cuerpo, era como si su corazón punzara con la ausencia de aquél que le ayudaba a sobrellevar cada celo.

Tenía el teléfono cerca, sin embargo, no encontraba sentido en llamarlo.

—Hijo de puta —Conway apretó los dientes, insultando a aquél que tanta falta le hacía en ese momento.

Y es que solo un hombre en toda la tierra era capaz de sobrellevarlo durante el celo, además que tenía la paciencia suficiente para no irse de inmediato y, algo importante, comprendía la extraña necesidad de un alfa de estar con otro alfa, una situación que casi todo el mundo despreciaba.

La relación era ambigua por sí sola, ambos eran una misma clase que por naturaleza no podía llevar encuentros como esos ni mucho menos hacerse llamar pareja como lo hacían. Todo en eso estaba mal, Conway lo entendía y aún así se aferraba a las sábanas deseando que Freddy cruzara la puerta de una puta vez, a sabiendas que no pasaría. El comisario estaba de viaje y nunca daba fecha de su regreso, podía llegar al otro día o dentro de un mes. Además de eso, era poco probable que contestara una llamada, cada viaje era analizado al milímetro, lo que significaba que el celular ajeno estaba en esa misma casa, con Conway, y el número de emergencia que había dado no podía ser usado a no ser que fuera una emergencia real.

La locura del celo hacía pensar a Jack que esa era una emergencia.

De todas formas, no lo llamaría, no le rogaría volver por una tontería como esa incluso si lo extrañaba más allá del ámbito carnal. Lo necesitaba con él. Ningún omega bastaría para un alfa como Conway, necesitaba otro alfa con él, necesitaba al suyo.

Fue hasta el armario, sintiendo el cuerpo ardiente cual infierno junto a una dolorosa erección que solo empeoraba todo. Era consiente de lo estúpido que era eso, lo patético que se veía tomando una chaqueta de Freddy para sentir su olor a ver si esa pizca servía de algo. Al contrario de lo que creyó, no sirvió, de hecho, empeoró las cosas. Una tristeza impropia lo embargó cuando dejó caer la chaqueta para ir a sentarse sobre la cama, el abandono...no le gustaba.

El sonido de la puerta abriéndose removió su interior y clavó la vista en la entrada del cuarto, esperando. Ni siquiera se percató de como sus feromonas se liberaron aún más, toda la casa debía oler a madera, específicamente, a madera quemada por cómo se sentía; su aroma siempre oscilaba entre la madera natural, el pino, mientras que otras veces como aquella se trataba de madera quemada, un olor que podía llegar a ser repulsivo si estaba muy enojado. Apretó los puños sin querer levantarse, necesitaba que lo encuentre, que fuera a él o al menos que detectara el ruego en el aroma que embargaba el ambiente.

Freddy caminó con calma hasta el cuarto, dejando tirado su equipaje por el camino hasta aparecer por el umbral de la puerta, silbando con cierta burla al ver a Conway sentado, con el cabello despeinado y la camisa mal colocada. Dedujo que había llegado justo a tiempo cuando dio un vistazo al armario y descubrió con diversión una de sus prendas en el suelo.

—Tus celos siempre son puntuales —le sonrió, adentrándose al cuarto, pero no acercándose a él.

Conway olió y sintió embriagarse al notar que el aroma a café contrastaba contra el suyo con tonos de dulzura que no podía poner en palabras.

Se levantó de golpe y antes que el contrario pudiera decir o hacer algo, le asestó un puñetazo en el rostro, y, otra vez antes de que hiciera nada, lo sostuvo con fuerza de la camisa y lo atrajo a un beso. Freddy aceptó el insulto, así como el contraste, empujándolo con fuerza hacia la cama para poder posicionarse sobre él antes de retomar el beso.

One-shots [SpainRP/LondonEye/MarbellaVice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora