𐙚 Never forget, never forgive

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Ahora había una persona más en casa de los Jeong. La habitación de huéspedes estaba pintada de rosa con dibujos de mariposas por todos lados y era habitada por una pequeña de ojos muy rasgados, quien a penas podía mantenerse despierta para que su hermano mayor jugara con ella, Yujun estaba enamorado de su hermanita y Jongho estaba confundido.

Yunho a penas cargaba a la niña, a penas la cambiaba o cuidaba, por lo tanto Jongho tenía que estar al pendiente de ella, incluso tuvo que expandir sus vacaciones para poder cuidar de la recién nacida. Tenía que tener al menos cuatro meses para ser apta para ir a la guardería y por lo visto, Jongho tendría que quedarse todo ese tiempo con ella.

- Yunho, la niña está llorando- gruñó Jongho a mitad de la noche empujando a su marido.

- Tendrá hambre- murmuró sin abrir los ojos.

- Entonces ve y e y dale algo de comer, yo la he cuidado todo el día- gruñó jalando la cobija mientras uno de los monitores sonaba estridentemente.

- ¡Y yo he estado afuera trabajando todo el día!- gruñó más fuerte cubriendo sus oídos con las almohadas.

- ¡Por el amor de Dios, es tu hija!- finalizó el Omega caminando rumbo a la habitación rosa mirando a su hijo pequeño tratar de calmar a la niña.

- Yujun, amor, vete a tu cama a dormir que yo me encargo de tu hermanita- sonrió cansado al niño y tomó a la bebé en sus brazos para comprobar su pañal.

La niña tenía unos enormes ojos muy rasgados y todas las facciones de Yunho y con el cabello negro ceniza, igual a como había visto en algunas fotografias de Yunho de pequeño.

Sintió lastima por la pequeña de la cual se había convertido en cuidador. Al principio estaba receloso siendo la niña hija de una aventura que tuvo su marido, pero después de que su madre lo llevará a la iglesia tuvo que reflexionar que todo eso pasó por una razón, había perdido un cachorro, pero ahora tenía dos. Sin embargo no sentía la conexión que había sentido con Yujun al verlo, simplemente cuidaba a Yunin porque nadie más iba a hacerlo, era prácticamente una huérfana que fue repudiada por sus abuelos y abandonada por su padre, y eso que apenas tenía un mes de nacida.

Cuando se durmió otra vez, la dejó en la cama y pensó en su propio padre mordiendo a su madre, porque era la única alternativa de que no muriera, le debía al universo hacer lo mismo por la pequeña que tenía en sus brazos. Solo fue cuestión de días para que Jongho sintiera el instinto maternal llamando por ella.

Finalmente volvió a la cama y despertó a Yunho visiblemente molesto.

- ¿Cuál es tu problema? Porque si alguien debería de tener un problema soy yo, criando solo a la hija de tu amante muerta.- dice apretando los dientes.

- Lo hubieses hecho por cualquier bebé, no solo por ella.

- Ese no es el punto, ya me estoy cansando de tu actitud- gruñó sentándose en la cama.

- No entiendo de qué actitud hablas- respondió mirando al techo.

- Apenas hablas conmigo, no cargas a la niña y no pasas tiempo con Yujun. Dime qué te pasa o busca un abogado de divorcios- gruñó.

Yunho tomó un momento para pensar en que responder, no tenía una respuesta en su mente para eso. Miró al amor de su vida observándolo con los ojos fríos y húmedos por la furia, ese omega que estaba criando a una niña que no era suya porque él se lo pidió.

- No tengo ganas de hablar de eso- sentenció dando la vuelta.

- Si no quieres hablar de eso conmigo, lo vas a hablar con el terapeuta mañana en la mañana- terminó Jongho cargando sus mantas y los monitores para irse a dormir a otro lado donde no tuviera que ver a Yunho, llorando por su matrimonio que una vez se estaba desmoronando por un cachorro.

Miró a su cachorro dormir con su barriguita moviéndose tranquila al ritmo de su respiración, su niño era tan inteligente y bueno, varias veces cuando Yunin lloraba, Jongho lo encontraba a los pies de su cuna dándole algún juguete para calmarla. Luego pensó en la pequeña, cada noche buscando el calor de su madre, un calor que nunca va a tener. Si Jongho no le hubiera pedido a Yunho que le ayudara con la adopción de Yujun esa niña aún tendría una madre, lo justo era que Jongho se encargara de ella, al fin y al cabo ella no tenía la culpa de quienes eran sus padres.

Por su lado, Yunho salió de la cama para ir por un whisky a la cocina, su matrimonio se estaba desmoronando y otra vez era por su culpa. Pensó que traer a la pequeña a su casa había sido lo mejor, no quería a un niño más en el sistema de adopciones donde él estuvo de adolescente cuando su abuelo murió y le quitaron la custodia a su abuela, quería un hogar para esa pobre niña, pero no sentía nada por ella y eso lo estaba volviendo loco.

Por más que miraba a la niña no sentía nada, y se sentía demasiado culpable. Había dejando de jugar con Yujun porque se sentía mal de quererlo a él y no sentir una pizca de apego por Yunin, la niña que era su sangre.

La culpa de la muerte de Jiwoo se había hecho un nido en sus entrañas, había muerto por culpa suya y de nadie más que suya. No debieron tener relaciones y no debió permitirle seguir con el embarazo sabiendo no iba a morderla, pero lo hizo y por eso había estado ignorando a Jongho, no tenía cara para estar frente a él. Se permitió llorar un par de horas hasta quedarse dormido.

Getting a Baby [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora