Capítulo 8

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Presionó el botón de grabar y comenzó a perderse entre las notas del piano, improvisando melodías que expresaban totalmente sus sentimientos.
Siempre que tocaba sus instrumentos le gustaba grabar por si entre todas esas notas que tocaba surgía una melodía que mereciera la pena.

De pronto, sus dedos instintivamente comenzaron a tocar las notas que eligió para acompañar a los versos de Violeta que le hicieron acabar con su bloqueo musical tiempo atrás.
Tras un rato tocando la melodía, comenzó a tararear los versos, creando una continuación.

- En el fondo de mis sentimientos se oculta una historia secreta, un laberinto de emociones mezcladas. Confesé al viento mis errores mientras la música revelaba la confusión de mi alma - cantaba Chiara continuando aquellos versos de Violeta.

El piano era desde siempre el cómplice de sus dilemas y esa vez no iba a ser menos.

Anotó en su libreta todos los versos que se le fueron ocurriendo mientras improvisaba, unos versos muy personales los cuales describían su situación en ese momento.

Chiara entró en casa con el amanecer iluminando su rostro. Se había pasado la mayor parte de la noche componiendo en su refugio.
Cuando esta componía, se le pasaba el tiempo muy rápido debido a todo el esfuerzo que le ponía en ello.

Martin, irritado, le había estado esperado en la sala de estar. Estaba preocupado por la desaparición de su novia, y la atmósfera se tensó de inmediato cuando la pelinegra abrió la puerta.

- ¿En serio, Chiara? ¿Toda la noche fuera? - estalló Martin enfadado, sin darle oportunidad de explicarse.

- Estaba con el piano, perdí la noción del tiempo - explicó Chiara suspirando, pero el chico no estaba dispuesto a escucharle.

- ¿Otra vez? ¡No todo en la vida es música, y llevas unas semanas que no paras de malgastar el tiempo en eso! - gritó Martin, la tensión aumentaba con cada palabra que este soltaba.

- Martin, sabes que la música es mi vía de escape y lo que me ayuda a seguir - intentó argumentarse la menorquina, pero su tono no hacía más que enfadar a su novio.

- No es solo eso. ¿Es que no te das cuenta de que tu desorden está por toda la casa? Joder, que ni siquiera puedo encontrar mi abrigo - siguió gritando Martin señalando el desorden con mucha furia.

- Mira, lo siento, he estado centrada en otras cosas estos días. Ahora mismo hago algo con el desorden - respondió Chiara, pero sus palabras no hacían más que avivar la llama de la discusión en su novio.

- Y anoche cuando te llamé  ni siquiera contestaste ¿Dónde estabas? - cuestionó el bigotudo con una voz que sonaba excesivamente frustrada.

- Estaba concentrada en mi piano, ya te lo he dicho. Perdí el teléfono entre las partituras.

- ¡No sé cómo seguir adelante, Chiara! Siento que estoy viviendo en un caos constante por tu culpa - exclamó Martin mientras sus emociones estaban desbordandose.

- Lo entiendo y no quiero que te sientas así, pero también necesito sentir que puedo ser yo misma - dijo Chiara, intentando calmar las aguas, pero la tormenta ya estaba desatada.

- ¡Pero parece que todo gira en torno a lo que tu necesitas! ¿Y yo? - soltó el de bigote a la vez que la tensión estaba alcanzando un punto crítico.

- ¿Qué quieres que haga, Martin? - respondió Chiara desesperada.

- No sé si podremos superar esto. Nada parece cambiar. Siempre es lo mismo contigo - concluyó el chico ahora más relajado.

- Entonces, no sé qué más decir. Quizás necesitemos más tiempo para reflexionar sobre todo esto - terminó aceptando la derrota momentánea mientras una pequeña tensión aún persistía en el aire.

Paracetamol - Kivi (Chiara y Violeta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora