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Kim disfrutaba en demasía lo que estaba viendo y escuchando, los chillidos, quejidos, los llantos y el sufrimiento, música para sus oídos. Por otro lado, podía ver los rojizos labios del menor tratando de rodear su polla, ya que era de tamaño consideradamente grande (38 cm).

Al demonio le había tocado la lotería con el pequeño, se veía tan sumiso y obediente, lo amaba, amaba ver como lloriqueba mientras se ahogaba con su miembro, ver como intentaba no hinchar sus dientes y su mandíbula dolía por esto, podía sentir el dolor placentero que sentía el menor en su garganta, ese ardor en la misma zona que por alguna razón, se había vuelto como leche materna para un bebé recién nacido.

───  :: “Ya mucho, no parece que estés sufriendo con esto pero... Lo haces tan bien, quiero que chilles, Jeon, quiero que chilles de dolor y ruegues que pare.”

En ese momento, a Jungkook se le ocurrió una gran idea, quizás no tan buena para el, pero mejor que amanecer con dolor de cuerpo por los azotes y quemaduras que le provocaba el mayor.

───  :: “¡E-espera! Se como cumplir con lo que quieres...”





















Después de explicarle al demonio como entregarle su cuerpo por completo, por suerte, este accedió, no habría sangre ni heridas graves, tampoco habrían quemaduras, pero los gritos más el placer que le podía otorgar era suficiente para aceptar que, se follaría a Jungkook de todas las maneras posibles, usando todo tipo de juguetes, juegos y con las condiciones que el quisiera.

The Demon - ThkkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora