Los aliados existen

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Ya en mi oficina y con el número de Kasuto kirigaya le marque.

—Disculpe usted es Kasuto kirigaya.

—Que quiere una mocosa como tú de alguien como yo.

—Para su información no soy una mocosa. Y le habló porque mi jefa me dijo que tenía que hablar con usted.

—Qué más da, cuál es tu proyecto.

—Un mundo de realidad virtual.

—Ah, con que tú también ya comprendiste que esté mundo está sumido de caos y destrucción, por lo que la mejor opción es crear otro.

—No, yo lo veo como un lugar para ayudar a la gente.

—Y cómo puedes estar tan segura de eso, cómo sabe que no tendrá otros fines los cuales no eran su propósito.

—No estoy segura.

—Cuando tengas un mejor argumento hablamos que ya hiciste que perdiera mi tiempo.

Ahh me saca de quicio, es peor que konan.

Ya pasaron dos días desde que hablé con Kasuto kirigaya, al fin después de tanto pensar logré idear un argumento sólido, espero esta vez estar a su altura.

—Hola señor kirigaya.

—Eres tú otra vez mocosa, espero no me hagas perder el tiempo, tiene 3 minutos para convencerme.

—No me importa el tiempo solo le diré lo que tenga que decir.

—Mocosa insolente me haces enojar y perder mi tiempo.

—Pensé en lo que me dijo y se me ocurrió que se podría crear una IA la cual se encargue de la estabilidad mental de los usuarios, además de investigar a las empresas que deseen invertir en esta tecnología para no peligrar de sabotaje.

—Suena muy prometedor, por lo que te ayudaré, pero no creas que iré en persona tengo mucho trabajo y una reputación que cuidar, me pondré en contacto con usted para ver sus avances. En unos momentos recibirá una llamada de mi hija ella es una muy buena desarrolladora de IA.

—Comprendo.

—Una cosa más, recuerde que esperamos cosas grandes de usted

—Si, no me lo tiene que recordar.

—Oh Liz, justo iba a ir a tu oficina, me da curiosidad saber cómo va tú trabajo, algún progreso.

—Hubo un avance, logré convencer a Kasuto kirigaya.

—Oh, lograste convencer a kirito, conociéndolo enviará a uno de sus subordinados, me alegra, si logras hacer que los cinco socios te apoyen antes del fin del siguiente mes, te daré una recompensa y no, no será la misma de la vez pasada, al parecer está sonando tu teléfono, te enviaré un mensaje privado con algunos consejos.
—De acuerdo.

—Bueno, quién habla. 

—Hola habla Asuna kirigaya.

—Ah sí tu padre mencionó que me hablarías.
—Yo me encargaré del desarrollo de la inteligencia artificial, más adelante me gustaría hablar con el programador a cargo del proyecto.

—De acuerdo, hasta luego.

—Perdón Shinon últimamente no te eh hecho caso.

—No te preocupes, no es un problema, por cierto, la jefa te envió un mensaje privado donde dice que te recomienda que el próximo socio al que contactes sea a Mari Makinami.

—¡Alto escuché bien o dijiste Makinami!

—Así es ella es la hermana de la jefa, ella es una persona muy trabajadora y está dispuesta a colaborar, agende que almuerce con ella hoy.

—Está bien Shinon, en mi ausencia sigue trabajando. 
—Si.

A la media hora de hablar con Shinon y que me dijera que me había agendado una cita en una cafetería cerca de la oficina me fui a dicha cafetería.

—Tu debes ser Liz.

—Y tú debes ser Mari.

—Es un placer conocerte.

—Digo lo mismo.

—Supongo que vienes por el proyecto que creas en my Dream, Namie me puso al día, soy una científica e investigadora, actualmente me centre en la neurología y la psicología, espero sirva de algo, ya que deseo trabajar contigo.

—¿Por qué me tratas de ayudar?
 
—Porque ella me dijo maravillas de ti, aunque estoy pensando que quiero algo a cambio, quiero tener una cita contigo.

—No hay problema para cuando.

—Sino tienes inconvenientes mañana en la noche.
—Está bien.

—Una cosa antes de irme, espero que sepas que no será una cita de trabajo, así que no hablaremos de trabajo, quiero que seas la mujer que cautivo a mi hermana.

—Está bien.

Tengo que hablar con Shinon para que me diga quien es al siguiente socio con el que debo hablar, no entiendo el motivo de Mari Makinami, pero si con eso voy a tener su apoyo, lo haré.

Después de eso regresé a mi oficina a seguir trabajando.
—Hola Shinon alguna novedad.

—Sí, llego otro mensaje privado de Namie, dice que ahora debes contactar a la doctora Ritsuko Akagi.

—Entendido.

—Liz estaba a punto de ir a buscarte, pero qué bueno que vienes a mi oficina, supongo que ya conociste a Mari.

—Si, de hecho, logré llegar a un acuerdo.

—Qué clase de acuerdo.

—Una cita a cambio de su ayuda.

—Qué bueno que la hayas convencido, y no se me hace extraño la petición de mi hermana, tarde o temprano la haría, lo ha hecho con todas las personas que han comenzado a trabajar en esta oficina.

—Buenas tardes busco a la doctora Ritsuko Akagi.
—¿Quién rayos habla?

—Soy Liz yuuki la encargada del proyecto de my dream.

—Ya veo eres la mascota de Namie Makinami, recuerdo que te mencionó en la última junta, por favor explícame tu proyecto.

—Es una realidad virtual de inmersión completa.

—Ya veo y para que me requieres, no vez que estoy realmente ocupada con las super computadoras MAGI.

—Si lo entiendo, pero usted es la mejor.

—Puede que deje a mi pupila a cargo y te de una mano, sólo te pido hables con Akihiko Kayaba el será de ayuda.

—Como usted diga.

—Disculpe buscó a Akihiko Kayaba.

El habla, de seguro es la señorita yuuki, oí sobre su proyecto de realidad virtual, no necesita explicarme, es un sueño hecho realidad, estaré encantado si me permite apoyarle en el diseño de ese mundo y todas las ideas que tenga para ello.
—Muchas gracias.

El resto de ese día estuvo normal fue hasta la tarde del día siguiente cuando Mari me envió un mensaje donde decía que la cita seria en su casa, que me esperaría a fuera de la oficina para irnos juntas en la noche.

Poco antes de irme recibí otro mensaje esta vez era de Namie deseándome que disfrutará la noche con su hermana, que mañana platicamos sobre el avance de mi trabajo.
No veo por ningún lado el coche de Mari, voy a caminar un poco para ver si la encuentro.
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—Yuju por aquí Liz, al parecer estabas un poco distraída, ven súbete.

—Ah gracias.

—Por cierto, mi hermana me contó que te encanta la comida japonesa así que eh decidido que te prepararé un ramen.
—Suena delicioso, me muero de ganas de probarlo.

—Si gustas de beber tengo sake o whisky.

—Nunca he tomado sake.

—Se que te va a encantar.

—Hemos llegado, no te bajes déjame te abro la puerta.

—Eres amable muy amable, aunque prefiero bajarme sola.

—Como gustes.

—Ven pasa iré a la cocina a preparar el ramen, mientras relájate y ponte cómoda.

—Te ayudó con algo.

—Anda prepara un par de tragos en lo que yo hago la cena.
Un rato después Mari terminó de preparar la cena y nos sentamos a cenar.

—Itadikamasu, perdón buen provecho.

—Al parecer te fuiste de Japón, pero Japón no se fue de ti.
—Tal parece, aunque puede ser porque a veces Namie y yo hablamos en japones, así no se nos olvida, además de que veo mucho anime.

—Ya veo, yo comprendo el idioma, pero no lo habló pues me crie fuera de casa.

—¿Por qué fue eso?

—De pequeña mi madre se vino a vivir a esta ciudad, a los 15 años me pele con ella y nunca la he visto, ella y yo nunca nos llevamos bien.

—Y que hizo que se pelearán.

—¡Ella siempre estuvo en contra de los animes, ya que los culpaba por mi cambio de sexualidad y también estaba en contra de que jugará MMORPG!

—Ya veo, iba en contra de tu personalidad y por ello decidiste huir y cómo fue eso.

—En la madrugada de mi cumpleaños número quince me fui con la ropa que logré guardar, mi computadora, mi teléfono y un poco de dinero, mi hermana mayor que vivía sola me ofreció que me quedará en su casa y así al terminar la secundaria me mudé a otro barrio y empecé a conocer más gente.

—Qué historia tan triste, no sé si es por eso por lo que te me haces tan dulce o porque eres tan guapa.

—Oh no basta, eres tan amable y dulce.

—Ahora comprendo porque le gustaste a mi hermana, me gustas.

—¡Pero vamos a trabajar juntas!

—Shh será nuestro pequeño secreto, nadie se enterará.

—Muchas gracias por la cena Mari me la pasé bien, antes de irme quiero saber algo.

—¿Qué quieres saber?

—Si trabajarás conmigo.

—Claro que sí, ya te lo había dicho ayer.

—Perfecto, después de hablar con Namie te informo que procede.

—Ya dijiste.

—Quieres que te lleve a tu casa Liz.

—No, caminaré.

—Bueno como tu digas.

El sueño que creía imposible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora