Merlín es un joven investigador de dragones nacido en una de las ciudades más hostiles en contra de las criaturas escupe fuego.
Desesperado al ver su carrera pisoteada y puertas para continuar su trabajo cerradas, decide recurrir a su única opción d...
Los dos hombres se encontraban uno frente al otro, manteniendo una mirada firme, desafiante, con una minúscula pizca de odio que era apaciguado por el respeto que sentían mutuamente, porque más que tener ideas contrarias, eran compañeros de trabajo, eran miembros de "La Guardia Real" y debían mantener la calma, brindar el ejemplo.
──Allá afuera ── el hombre de inmensa barba blanca arqueó una ceja, con la mayor parte del rostro escondida tras las sombras provocadas por la escasa iluminación de su oficina ── cruzaste una línea.
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El hombre frente a él── si es que se le podía llamar así, puesto que para el mayor solo era un "muchacho"──sonrió al recordar los eventos ocurridos momentos atrás.
Los Guardianes se encontraban en una importante misión, habían logrado rastrear a un furia nocturna hasta algunos kilómetros cerca de su guarida, un increíble allazgo para una cultura basada en la cacería e investigación de dragones.
Tras ellos estaba Merlín, un investigador apasionado en el área de dragones que tomaba nota de la actividad nocturna observada, desde el tiempo tardado, los rastros y las probabilidades de encontrar al preciado dragón.
──No sé a qué te refieres. ── El joven de cabello blanco se cruzó de hombros, indiferente ante las quejas de su superior.
Norte continuó mencionando el momento en el que el rastro finalmente pareció haber desaparecido y todos fueron a direcciones distintas, pero el investigador y el guardián permanecieron juntos.
──Tantas semanas tratando de seguirle el rastro para nada. ──Jack pateó levemente el suelo mientras Merlín guardaba su libro de apuntes.
──Está bien, Jack.
Aquél tono sereno logró disminuir la tensión que el guardián cargaba sobre su espalda, Merlín sabía cómo tranquilizarlo y Jack estaba agradecido por ello, a tal punto de sentirse culpable, porque él nunca podía darle nada, ni siquiera logró atrapar a un furia nocturna para él.
──No, sé lo importante que era para ti, lo mucho que te beneficiaría una investigación así ── el tono de Jack se disparó ── el primer registro de un furia nocturna en la Capital, el único de todos ──el chico de cabello blanco se sentó en una enorme roca cerca de ellos ── y lo eché a perder.
──No lo hiciste──, comentó Merlín al mismo tiempo que ambos alzaban la vista en un punto en concreto, era la criatura que habían perseguido, frente a ellos ── es lo que intentaba decirte. ──Explicó el investigador entre risas.
──Mira eso── Jack sonrió junto a su compañero al ver al furia nocturna semi-escondido entre la vegetación del bosque, aunque Merlín creyó que su nombre no le hacía justicia a la belleza de la especie que estaba ante sus ojos── ¿Quieres verlo?
El investigador sonrió con timidez mientras se abalanzaba a socializar con el gigantesco animal que demostró recelo ante el otro hombre que además poseía un arma en sus manos.
