Merlín es un joven investigador de dragones nacido en una de las ciudades más hostiles en contra de las criaturas escupe fuego.
Desesperado al ver su carrera pisoteada y puertas para continuar su trabajo cerradas, decide recurrir a su única opción d...
El joven Merlín se encontraba reparando unos libreros que se habían roto la semana pasada debido a su antigüedad, una actividad regular en la "Gran Biblioteca", un día más de su aburrida y deprimente rutina trabajando como bibliotecario.
──Oye, niño raro ── su compañero nuevo y algo fastidioso entró al pasillo en el que se encontraba, el chico era quién cargaba unos enormes anteojos extraños sobre la cabeza y ¿él era el raro? Merlín desvío la vista hacia él un instante, sin percatarse bien de lo que hacía── creo que alguien te busca.
Los clavos habían roto la tabla nueva, fabuloso, ahora tendrían que encargar otra, con su sueldo. No había sido un buen día, lo habían encontrado en la sección de los libros "prohibidos". Estaba tan ocupado maldiciendo a todos que no se dió cuenta del llamado de su compañero.
Ya de mal humor, tomó el martillo y un clavo nuevo, pero fue distraído nuevamente.
──Eh, ¡Merlín!
Frente a él se encontraba lo que Merlín creía, era un ángel. Un chico de elegante traje militar blanco con la bandera de la capital bordada y hombreras doradas, tras él, colgado en su espalda, estaba su cayado. Era el chico más apuesto que había visto jamás.
──¿Estás bien?
El extraño miró con preocupación el dedo de Merlín, sin darse cuenta, había dejado caer el martillo contra su dedo pulgar, con tanta fuerza que la sangre se asomó sin problemas tras su uña, tal impacto lo hizo caer al suelo en un gemido ahogado.
Su compañero se retiró de la sala mientras el hombre de traje se ponía de cuclillas para auxiliarlo, tomando con delicadeza su mano.
──Estarás bien ── respondió mientras Merlín trataba de reprimir un gemido ante el dolor, sin éxito── estaba buscando un libro sobre Furias Nocturnas ¿Conoces alguno así?
Merlín respondió que no.
──Es una pena, los Guardianes y yo necesitamos uno con urgencia ── Merlín se perdía en esa hermosa sonrisa que le transmitía tranquilidad, sus cejas marrones pobladas y esos ojos que parecieron, por un momento, desvanecer el dolor── me dijeron que aquí podría encontrar al mejor investigador de dragones de la zona, un tal Merlín de Arendelle.
El castaño arqueó ambas cejas, no podía creer que un Guardián lo estuviera buscando a él, un simple bibliotecario.
──Soy yo.
El Guardián sonrió satisfecho.
──Muy bien, entonces vámonos.
Merlín se quedó en su lugar ¿acaso había escuchado bien?
El guardián, cuya situación le parecía divertida, soltó una risa.
──Perdona mis modales, soy Jack── extendió su mano al chico── Jack Frost.
──¡Merlín, no se te olvide pagar las tablas rotas antes de irte!── exclamó su compañero al otro lado de la biblioteca.
──Lo pondré a mi cuenta.── Jack se encogió de hombros, apenado por el incidente.
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