𝐃𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚𝐬

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La mujer de largo cabello blanco sujetado en un lindo moño mantenía una mirada serena ante el resto de hombres ancianos que la rodeaban en la enorme sala, aunque aquello nada tenía que ver con los pensamientos que invadían su cabeza, igual que miles de flechas disparadas en el aire.

──¿Y cuánto tiempo más tendremos que esperar al príncipe?- Preguntaba uno de los presentes, en un absurdo intento por susurrar.

──Princesa Elsa, quizá su hermano ya ha olvidado la...

──No la olvidó── respondió en seco, sin titubear, tal como su padre le había enseñado -llegará, estoy segura.

Pero ella realmente no lo sabía, en realidad, la relación con su hermano siempre había consistido en esperar lo mejor de él, porque lo intentaba a pesar de tener todo en su contra, realmente lo hacía y ella estaba orgullosa.

Merlín corrió y corrió hasta que sus pantorrillas comenzaron a doler y sus pies a flaquear, después de su interesante visita a la jaula del furia luminosa no se dio cuenta de la hora y terminó quedándose dormido hasta muy tarde ya, sin recordar la cita pendiente con su hermana ante "El Gran Consejo" dónde sólo los más grandes políticos y economistas reinaban la Gran Capital y del que todos los reinos dependían, en mayor o menor medida.

Mientras tanto, la espera no podía durar más tiempo y la discusión alrededor del tema de los dragones como armas de guerra se desató dentro de la sala.

──Los dragones son una amenaza, siempre lo han sido── el duque de Weselton hablaba con altanería, jamás permitiría ser intimidado, menos por una niñita que jugaba a ser reina.

──Son peligrosos, sí, pero también son hábiles y estupendas armas en la guerra── la tenaz princesa fue interrumpida por el ruido de la enorme puerta abriéndose ante la presencia de su hermano, lo que finalmente le permitió respirar con normalidad── los informes de mi hermano, ── el castaño entregó una enorme carpeta con las investigaciones de al menos cuatro años y se colocó unos pasos tras su hermana ── el príncipe Merlín, demuestran que el nivel de resistencia de los "Mortífero Nadder" han descendido considerablemente desde que son criados en cautiverio.

──¿El príncipe Merlín no fue acaso el muchacho que casi termina por destruir la Capital por crear túneles subterráneos, princesa Elsa? ── la princesa calló, había sido tomada desprevenida ante tal argumento, Merlín, por otro lado, rogaba poder encontrar un lugar en el cuál esconderse, odiaba que sus errores sirvieran como ataque contra su hermana── no me parece que su hermano sea la persona más confiable para tomar estas decisiones ¿a usted si?

Weselton era incapaz de reprimir la sonrisa que mantenía su rostro, parecía estar ganando.

Merlín cerró los ojos y apretó con fuerza sus puños, lo estaban subestimando, de nuevo.

──Mi hermano ha dedicado toda su vida a la investigación de dragones, no puede juzgarlo por un error.

Su entrecejo se arrugó y su tono de voz se volvió más firme, no pensaba aceptar que su hermano fuese humillado y su trabajo invalidado.

──Tiene veinte años, es apenas un niño, ¿usted cree que esta nación seguiría en pie si escuchara a todo aquél que ha cometido "un error"?── dijo Ronin, uno de los mayores expertos en el manejo de armas de la Capital.

Elsa tuvo que hacer un esfuerzo descomunal por no rodar los ojos ante las anticuadas opiniones de los miembros del consejo.

──Mejor calle y busque un esposo que piense por usted, princesa, de todo corazón se lo aconsejo. ──Weselton contraatacó.

La princesa golpeó su puño con fuerza contra la mesa, deseaba poder defenderse ante tales comentarios, pero al observar como el mayor de sus cuñados ──el rey de las Islas del Sur── le dedicaba una mueca de desaprobación, no tuvo más remedio que sentarse a regañadientes, el permiso de utilizar a los dragones como miembros de su ejército aún estaba en discusión, pero no podía arriesgar su compromiso con el príncipe Hans, su padre jamás se lo permitiría.

𝐁𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐚𝐧 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 (𝐇𝐢𝐜𝐜𝐮𝐩 x 𝐌𝐞𝐫𝐥𝐢𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora