Hace 11 años
- ¡Dani, cariño, es tarde! Entra a comer - gritó Bárbara, madre de Daniela, desde la cocina.
- ¡Pero estoy jugando con Jack! - protestó ella viniendo desde el jardín. Bárbara negó con una sonrisa, siempre que Dani salia a jugar se quedaba horas hablando sola, ella decía que era su amigo Jack, su madre pensaba que era algo tierno pero normal a su corta edad.
-Jugarás con Jack mañana - le dijo poniendo un plato sobre la mesa, la niña lo devoró, se dió un beso a su madre y se fue a su habitación.
- ¿Jack? No tengo sueño - dijo Dani tranquilamente mirando el vacío en la oscuridad.
- Tienes que cerrar los ojos tonta - rió Jack apareciendo de la nada.
- Lo sé, pero no tengo sueño, aunque cierre mis ojos no me dormiré - dijo ella, Jack suspiró.
- Tienes que dormir, pequeña - no recibió respuesta - Mmm... Ya sé lo que quieres, tú quieres que te cuente una historia.
- ¡Sí! - el chico se sentó a un lado de la cama y comenzó a contar un cuento hasta que Dani cayó rendida en el colchón.
- Que duermas bien pequeña - dijo dándole un beso en la frente para irse de la misma forma que llegó, de la nada.
Ahora
Es de noche, Dani caminaba por la calle "Tendría que haberme ido antes de la casa de Nika" piensa viendo lo vacío que todo se encuentra. Escucha un ruido atrás, "disimuladamente" gira la vista (osea, ¿Vieron el exorcista? Bueno así mismo, esa es la Dani disimulada), no ve nada, solo oye una risita.
- ¿Qué mierda? - susurra. Se da la vuelta y acelera el paso, escucha de vez en cuando una risa pequeña o solo siente que la observan, convencida de que la siguen para, da la vuelta y mira atentamente - ¿Me estás siguiendo? - pregunta al vacío - Ahora no te me hagas el puto ¿Quién eres?
- Wow ¿Así tratas a tu mejor amigo? - pregunta un chico que se le hace conocido.
- ¿Mejor amigo? ¿Te conozco? - dice confundida, él se acerca sonriente.
- Cariño ¿Me has olvidado? Soy Jack - se acerca aún más, Dani retrocede unos pasos.
- No te conozco, solo "conocí" a un Jack y era imaginario.
- Prefiero el término "no visible para todo público" - bromeó, pero Dani no sonrió, solo se volteó y siguió caminando - Vamos, Dani, no te estás volviendo loca, soy yo.
- ¿¡Como mierda sabes mi nombre!? - chilló ella.
- Tranquila, te lo explicaré, pero en tu casa, te estás congelando - la chica frunció el ceño - Te veo ahí - sonrió y desapareció.
- Estoy quedando loca - dijo agarrándose de los pelos y caminando las tres cuadras que le faltaban para llegar a su casa. Saludó a su madre y se encerró en su habitación pensando en que había pasado - Ya, fue sólo que el café te alteró un poco... - se tranquilizó.
- Noup, aquí estoy - apareció Jack arriba de la cama, causando el grito de Daniela.
- ¿¡Qué pasa!? - dijo la madre asustada abriendo la puerta, Dani señaló un lugar - ¿Qué?
- Dani, ella no puede verme - dijo Jack.
- Daniela ¿Por qué gritaste? - pregunta Bárbara, la chica ni la mira, solo abre los ojos cual plato.
- Yo... So-solo vi una araña... No importa.- tartamudea nerviosa, Bárbara la mira y se va cerrando la puerta - Estoy loca... - dice a punto de llorar.
- No estás loca, es... - se acerca Jack.
- No me toques.- lo interrumpe - ¿Soy esquizofrénica? ¿Qué mierda me pasa?
- Eres una chica normal.
- Una chica normal que ve fantasmas - dice ahora enojada.
- Hey, yo no soy un fantasma, soy un ángel.- corrige con una sonrisa torcida - Para ser exactos tu ángel.
- ¿Mi qué? ¿Qué dices? Esas estupideces no existen...
- Eso me ofendió - dijo Jack haciendo una pose dramática logrando sacarle una sonrisa a Dani.
- Pruébalo, prueba que eres un ángel.- dijo Dani llevando las piernas a su pecho y abrazándolas.
- Bien... - suspiró Jack, caminó por la habitación pensativo - Ya sé, ve a buscar la planta que tu madre tiene en la cocina.
- Está muerta.
- Eso lo sé tonta - Dani rodó los ojos y fue a traerla, la dejó en la cama y se sentó mirándola.
- ¿Y? ¿Ahora qué? - preguntó.
- Mira - la planta marchita comenzó a enderezarse y terminó como nueva - ¿Me crees? - Dani no contestó - Daniela, tú sabes que no estás loca -dijo Jack acariciando su hombro.
- Jack... ¿Cómo... Tú... - Dani se comenzó a hiperventilar.
- Tranquila, ya... Todos tienen un ángel, no es porque estés en peligro - le informó Jack sentándose enfrente.
- ¿Y por qué nadie lo dice? - preguntó Daniela con curiosidad.
- Pues la mayoría no se muestra más que en sueños o en cosas pequeñas, como pasos o sonidos bajos.
- Así como tú hoy - dijo mirándolo enojada.
- Ya, lo siento si te asusté un poco - ríe él.
- "Un poco" - contesta Dani poniéndole comillas.
- Ya es tarde, mañana tienes que ir al colegio - Dani rodó los ojos.
- Pero no quiero dormir - se quejó.
- De pequeña me decías lo mismo... Solo te dormías si yo te contaba un cuento - sonrió recordando - ¿No te acuerdas?
- Pensé que eras solo algo... No sé, algo que yo imaginaba...
- Pero no, aquí estoy, soy real.
- Amm... Jack, ¿Podrías volver a matar la planta?
- Pero si se ve mejor - sonrió satisfecho con su trabajo.
- Sí, pero no creo que a mi madre le siente bien ver que su planta muere y revive dos por tres.
- Vale, me la llevo a la cocina, tu madre no está ahí, pero te duermes.
- Intentaré - contestó Dani rendida.
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Mi Ángel
Short StoryDani era una adolescente corriente; instituto, amigos, peleas con sus padres, lo normal, hasta que se enteró de la existencia de Jack, persona que dice ser su "ángel guardián".