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Daniela se despertó al escuchar la puerta abrirse, instintivamente se levantó, vio a un hombre alto, de piel muy blanca pero cabello negro.

- Ten, come - ordenó el hombre.

- ¿Quién eres? ¿Donde estamos? Dígame, por favor... - dijo casi rogando.

- Cállate y come - dijo, se vio apenas un brillo de compasión en sus ojos, pero se mantenía con la mirada firme.

- ¡Keny, soy yo, soy Jack! No estás con ellos ¿No? Tú eres diferente - dijo Jack levantándose.

- ¿Jack? ¿Qué haces aquí? - esta vez el hombre mostró preocupación.

- No lo se, nos han encerrado, tienes que ayudarnos, por favor, te la pagaré - ruega Jack.

- Sabes que yo no puedo hacer nada.

- Sí puedes. Deja que salgamos, Lara nos ayudará, no sabrán que has sido tú - trató de convencerlo Jack.

- Tengo que irme, he tardado mucho...- Jack vio con tristeza al hombre que se fue.s

- ¿Vamos a salir? - se emocionó Dani.

- No lo creo... Tú come, te necesito fuerte - Dani obedeció. Pasaron días, semanas, quizá un mes, Dani y Jack perdieron la noción del tiempo, Jack se mantiene sentado la mayoría del día, mirando la nada, mientras que Daniela se acurruca y se balancea mientras murmura unas canciones, hace lo posible por no caer en la locura pero el chico cree que ella ya tiene en las alucinaciones. Los diálogos son escasos, en algunos momentos se escucha el llanto de Daniela ¿Por qué no los mataban? Jack estaba seguro de no haber hecho nada, repasaba en su cabeza todo lo que él hizo y llegaba a la misma conclusión: No había razón para encerrarlos, sea cual sea la acusación, ellos eran inocentes.

- ¿Por qué ya no me hablas? - preguntó Daniela casi sin voz.

- No hay nada que hablar - contestó después de unos minutos.

- Podemos escaparnos cuando abran la puerta... Dijiste que Lara nos ayudaría ¿Quién es? De todas formas, de seguro nos saca de aquí...

- No saldremos - dijo Jack, haciendo que Dani empiece a llorar, como todos los días. - Deja de llorar - ordenó.

- No quiero dejar de llorar ¿¡Qué mierda haré si no es llorar!? No quiero morir aquí ¡No he hecho nada para estar aquí! - comenzó a patear la puerta con furia - ¡Sáquenme de aquí! ¡Exijo que me den una razón para encerrarme en esta puta habitación! - la puerta se abrió.

- Daniela, cálmate - ordenó Kenny, Daniela solo sabía de él que era amigo de Jack, se quedaban hablando un rato cada día.

- Sácame de aquí, por favor - rogó a el hombre - No puedo estar aquí un segundo más, me volveré loca - lloró.

- Tranquila, te irás de aquí en unos días - informó saliendo.

- ¿Qué? ¿A donde iré? - preguntó, pero Kanny se fue - ¡Jack, nos iremos!

- No... - comenzó a llorar esta vez Jack, Daniela se sentó enfrente de él.

- ¿Por qué lloras? Nos dejarán libres.

- ¿En serio crees eso? ¡Dani, lo único que harán será matarte, no te emociones tanto! - dijo por fin Jack.

- Oh... - se recostó en la pared - En ese caso de todas formas estoy feliz... No quiero seguir aquí, la muerte parece mejor ¿No? - soltó casi inaudible mente.

- Pues yo no... No quiero perder a otra persona que quiero... - contestó Jack.

- ¿Tú no puedes morir?

- Sí, pero ellos no me matarán...

- ¿Quieres morir?

- Si tú lo haces yo también quiero morir... - no hablaron más en el resto del día ¿O era de noche? Sinceramente no lo sabían.

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora