Capitulo 7: Adam Taurus

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Mientras tanto en el pueblo, ya era de noche, y la mayoría de los pueblerinos estaban en la cantina, entre estos, un hombre estaba sentado al frente del fuego pensando en el épico fracaso que tuvo que pasar, y eso era increíble ya que nadie lo rec...

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Mientras tanto en el pueblo, ya era de noche, y la mayoría de los pueblerinos estaban en la cantina, entre estos, un hombre estaba sentado al frente del fuego pensando en el épico fracaso que tuvo que pasar, y eso era increíble ya que nadie lo rechazaba, en eso se acerca su discípulo que miraba al hombre con una ceja levantada.

Adam: Ella quién se cree que es para rechazarme. A mí.- le quita a la chica el vaso de cerveza y lo toma de un golpe.

Ilia: Ya va por la décima señor.- dijo refiriéndose a la cerveza, que era para ella pero...¿para que discutir si iba a terminar perdiendo?

Adam: ¿Y qué? Aún no entiendo. ¿Acaso no soy lo suficientemente bueno para ella? Es que....Agh.- lanza el vaso al fuego.

Ilia: Cálmese señor, ella no lo mira como antes, da igual. Hay más mujeres por ahí.- dijo mientras señalaba, sin intención alguna, a unas chicas que miraban al pelirrojo.

Adam: Un cazador como yo no pierde tiempo con liebres.

La morena se sienta al lado del hombre y lo mira algo preocupada.

Canción: Gastón
Intérprete: Ni puta idea

Ella le comienza a cantar mientras trataba de sacarle una sonrisa al hombre, cosa que no funcionó. Así que le empezó a dar un masaje para que el pelirrojo se relajara, antes de que la morena se alejara de Adam, cosa que lo asustó pero ella estaba justamente al lado de un hombre. Esta le da una moneda para que dirija la banda.

Entonces, Ilia se dirige a una gran mesa y se sube en esta, donde todos la miraban. Luego se acerca a un hombre y le traquea el cuello, para después acercarse a tres chicas y cantar a coro. Luego se dirige hacia unos chicos que estaban tomando, y les manda a dirigir la mirada hacia Adam, mientras lo alababan sin cesar.

Entonces el hombre se levanta agradecido con su discípula mientras esta le da un abrazo, para luego ambos continúen cantando juntos junto al resto del pueblo. Mientras cantaban, Adam demostraba de lo que era capaz mientras todos los admiraban, sin duda alguna, algo que adoraba Adam era la atención.

Sin que alguien se diera Ilia le paga a algunos hombres para que luchen con su jefe, cosa que hizo que Adam se luciera mientras los derrotaba uno por uno y el resto gritaba de emoción. Adam, con su ego ya en el cielo, se sienta en su banco luego de esa actuación fascinante.

Adam: Wow, Ilia eres increíble. ¿Cómo es que alguien no ha podido atraparte?- dijo con una sonrisa.

Ilia: No lo sé, pero en estos momentos yo estaré para usted señor.- dijo muy feliz.

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