Capítulo 1: El bosque.

6.9K 606 51
                                    

Harry solía pensar en como habría sido crecer con sus padres. A menudo veía familias felices pasando delante de la casa en donde vivía, madres amorosas presumiendo a sus bebés o padres regresando de jugar con sus pequeños hijos.

Mientras tanto, él solo tenía que quedarse callado y hacer lo que sus tíos le pedían. Si Petunia le pedía limpiar, eso hacía. Si Vernon le ordenaba traerle la comida o un refresco, tenía que hacerlo. Si Dudley no quería recoger sus juguetes, Harry se encargaría de ello.

Mientras Dudley tenía una rica cena, una cómoda cama y divertidos cuentos para dormir. Harry tenía las sobras que nadie quería, un catre en una polvorienta alacena y el silencio de la oscuridad.

Suponía que estaba bien, no había conocido otra cosa. Está era la vida que se le había otorgado y poco podía hacer para cambiarla.

Al menos eso creía.

Viernes 13, septiembre. 10:45 am, New Forest.

Al parecer, ir a un bosque y hacer comida en el sitio era una actividad familiar divertida. Harry opinaba que quien inventó aquello, debió haber tenido una familia perfecta. Porque sin duda, los Dursley no eran aptos para un lugar como éste.

Petunia no había dejado de quejarse sobre los bichos y la tierra, Vernon no paraba de maldecir a la leña por no encender y Dudley solo quería volver a casa para ver televisión.

La única cosa en la que coincidirían en su vida sería esa, Harry también deseaba volver a casa, aunque fuera para encerrarse en su alacena y fingir que los Dursley no eran mas que horrendas imaginaciones de su cabeza.

– Maldita cosa inservible. – Vernon volvió a quejarse, fallando de nuevo en su tarea de encender la leña. – Tú, fenómeno, ve por los otros cerrillos al auto. Pero rápido, sirve de algo.

– Te dije que debimos traer encendedores. – Petunia empezó a quejarse.

Sin embargo, Harry no se quedó a escuchar las mismas palabras que había estado oyendo durante dos horas. En su lugar, se levantó y camino a través de los arboles. No tardo mucho en llegar al auto, siendo que este se encontraba bastante cerca. Y realmente no entendía porque se habían internado más en el bosque, cuando perfectamente se habían podido quedar junto al vehículo.

Con los cerillos en su mano, Harry dio media vuelta y se dispuso a volver al "campamento".

Y eso había hecho, de no ser porque un ruido llamo su atención. De ser más grande, Harry probablemente se habría marchado. Pero era un niño, demasiado curioso, lo que hizo que deseara saber de dónde provenía aquello.

Con paso lento, Harry se interno en el bosque, caminando entre los árboles en busca de aquel dichoso sonido. Nunca había escuchado algo igual, tal vez podía compararlo con el gruñido de un animal muy grande, pero este rugido era muy diferente. Más fuerte, más poderoso.

Y había algo más ahí. Un extraño jalón, una sensación de que debía acercarse.

Entre árboles y arbustos enormes, Harry encontró finalmente el sitio de donde provenía aquel sonido.

Una cueva.

Pero no parecía ser una normal, estaba cargada de algo extraño... Era como...

– Como yo.

Harry susurró, al entender lo que le atraía a este sitio. Durante sus pocos años en este mundo, había experimentado extrañas situaciones. Desde su cabello creciendo como loco en un solo día hasta estar en un sitio un segundo y al siguiente, en otro. Otras cosas como objetos moviéndose, el cabello de Dudley cambiando de color y las flores creciendo anormalmente. Siempre parecía que a su alrededor habían cosas extrañas sucediendo.

Lengua De Dragón  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora