Capítulo 3

90 6 0
                                    

"Y con eso, la sesión de este mes ha terminado. ¿Alguien tiene alguna duda"Shikamaru cerró sus ojos mientras escuchaba desanimada voz que se dirigió a los reunidos. El hombre con gafas que hablaba era Chojuro, un shinobi de Kirigakure. Shikamaru lo conoció en los tiempos de guerra como uno de los guardaespaldas de la Mizukage.

"Si nadie más tiene algo que decir, Shikamaru-san, entonces..." dijo Chojuro, con con un tono imporante en su voz.

Shikamaru abrió un ojo para mirar a Chojuru, luego, lentamente abrió el otro.

Diez shinobi se sentaban en una mesa circular, ambos hombres y mujeres alrededor de la edad de Shikamaru.

Estaban en el País del Hierro, sede de la Unión Shinobi.

El país contaba con una gran multitud de samurai, por tanto no se requería la presencia de ninjas. Antes de la guerra, los Kages de las Cinco Aldeas Ninja se reunían cómodamente en ese país, y ahora, era la sede de esta Unión fundada por esto cinco grandes poderes. Las bases de la Unión fueron sentadas en el mismo país donde se formó esta alianza.

Todas las aldeas líderes de las Cinco Grandes Naciones tenían algunos de sus shinobi reunidos en la sede de la Unión, y sin importar si era día o noche, continuaban su trabajo por el bien de la expansión del Mundo Shinobi.

LA reunión estaba llena de personas que cargaban en sus hombros el futuro de la nueva generación shinobi. Era un lugar donde el futuro de los ninja era discutido. Los shinobi enviados a las reuniones eran los más capaces de su aldea, considerados candidatos para Kage así como otras posiciones. De ellos, Chojuro y Shikamaru eran los más jóvenes.

Junto aShikamaru y Chojuro, estaban Temari de Sunakagure y Omoi de Kumogakure.

Shikamaru había sido encomendado con el liderato de esta junta de Shinobi. Evidentemente, no se había ofrecido voluntario. Esto era el resultado de todo el mundo recomendándolo para el trabajo.

"¿Shikamaru-san?" Chojuro sonaba preocupado ante el largo silencio de Shikamaru.

Shikamaru aclaró su garganta, y mirando al resto de los miembros de la junta, abrió su boca para hablar.

"Creo que no tenemos más temas para discutir en esta reunión. Espero tener más reuniones a este paso agradable. Nos vemos el próximo mes."

Dicho esto, Shikamaru se puso en pie y recogió los rollos y documentos que estaban esparcidos en la mesa. Doblándolos debajo de su brazo, se marchó.

Confundidos por la actitud fría de su líder, los otros miembros se prepararon para irse en ritmos al azar, distribuyéndose entre los pasillos que iban a la derecha e izquierda para irse.

Aunque habían tantos shinobi en los pasillos caminando, no se oía ni un eco de los pasos. Eran shinobi, después de todo. Los pasos de otras personas podían ser oídos, pero no los de los shinobi. Era uno de los requisitos básicos en la academia ninja, tiempo atrás.

"Oi". Una voz lo llamó por detras.

Shikamaru chaqueó su lengua. En ese momento, la dueña de esa voz era la última persona con la que quería hablar.

Siguió caminando como si no hubiera escuchado nada.

"¡Shikamaru, espera!"

La voz se sintió como una patada a su espalda.

"¿Qué quieres?" Shikamaru giró su cabeza para mirar por encima de su hombro a la mujer que le hablada.

Temari de la Arena. Su cabello estaba más corto que hace dos años, amarrado en dos coletas, una en cada lado. Su rostro era más como el de un adulto, y sus ojos más calmos que los que portaba en los viejos tiempos.

Shikamaru Hiden: La Nube Que Flota Sobre El Silencio De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora