Shikamaru Hiden: La Nube Que Flota Sobre El Silencio De La Oscuridad

Capítulo 13

No podía refutar lo que Gengo había dicho. Shikamaru estaba asustado del estado de su propio corazón. Había llegado hasta ahí para matar a Gengo. Creía firmemente que ese era el camino para dar un paso más a la paz shinobi. Era porque él creía en ello que Shikamaru había escogido tomar este camino sin decirle a ninguno de sus amigos la verdad. Pero Gengo estaba frente a él, y ahora que escuchaba lo que él estaba diciendo, no estaba muy seguro de que su manera de pensar fuera la correcta.

"¿Nunca te has preguntado por qué las guerras siguen y siguen en este mundo?" Dijo Gengo.

La verdad era que Shikamaru nunca se lo había preguntado.

Desde el momento en que ese continente había comenzado a existir, hubo un gran número de continentes que seguían repitiendo las mismas escaramuzas una y otra vez, yendo en sus altibajos en tanto lo hacían. Y en el espacio de las relaciones de esos países, los shinobi existían y ofrecían una serie de habilidades por un precio, ganando sus provisiones. Esa era la forma en la que las cosas siempre habían sido, así que la palabra 'guerra' no parecía aplicar. Shikamaru siempre se había preocupado únicamente por los asuntos del mundo shinobi. A diferencia de Gengo, él no se preocupaba por el mundo exterior.

Los pensamientos de Shikamaru siempre se mantuvieron en el margen de cómo asegurar el mundo Shinobi. Como mantener los vínculos recién sanados entre las aldeas. Qué tan efectiva sería la unión para ello. Como hacer a Naruto Hokage. Como construir una base fuerte para su generación.

Las preocupaciones de Shikamaru parecían increíblemente pequeñas al lado de la de Gengo. Él no se concentraba solo en el mundo shinobi, sino en el mundo entero.

"¿Crees que la razón para que todas estas luchas hayan cesado es porque los nobles gobiernan todo, y no los shinobi? Porque mientras estas personas sin chakra ni jutsu sigan estando juntas, cada vez que se encuentran, mantienen conflictos y estas guerras nunca cesarán. Como no tienen gente extraordinaria entre ellos, no hay un país que sea más poderoso que el otro, o sea nadie que los mantenga a raya. Así los países siguen peleando y reconciliándose, una y otra vez, y este mundo de guerras continúa. Les digo que hay un método para que todo esto acabe. Con el poder de los shinobi, yo y los Iluminados lograremos lo que nadie nunca ha logrado: la unión del continente."

"Unión del continente..." murmuró Shikamaru.

Gengo asintió satisfecho ante las palabras de Shikamaru.

"Desde el inicio ha sido la 'supervivencia del más fuerte'. Este método de vida no solo aplica para las bestias. Hasta los animales llamados humanos no han sido capaces de eliminar esta regla. Y en ese caso, ¿no sería adecuado que aquellos que poseen verdadero poder, los shinobi, reinen como los más fuertes? ¿En la cima de la pirámide? La revolución de la que hablo es exactamente eso: volver este mundo atípico en lo mejor que puede ser."

Pensar en que los shinobi fueran quienes gobernaran al mundo...

...podría no estar equivocado.

"Señor Shikamaru." La voz de Rou vino desde detrás de él. Shikamaru miró sobre su hombro al ANBU.

"¿No es exactamente como ha dicho Lord Gengo?" preguntó Rou, "¿Por qué nosotros shinobi debemos ser usados por los daimyous (nobles/señores feudales)? Yo soy un miembro de ANBU. He visto el lado oscuro de los daimyou muchas, muchas veces. Nos ven a nosotros los shinobi como armas de conveniencia. Mi mejor amigo era un hombre que fue usado como un arma en las guerras entre el País del Viento y el País del Fuego. En el momento en que los países declararon un alto al fuego, se deshicieron de él." Una lágrima escapó de los ojos llorosos de Rou. "Un obstáculo."

"...Pienso lo mismo, ¿sabes?"

Esta vez, los susurros venían de Soku. En tanto Shikamaru se volvía hacia ella, pudo ver los moretones cubriendo su joven rostro. Aunque era una niña, Gengo había dado las órdenes de que la torturaran sin piedad junto con Rou.