Capítulo 6

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Un grupo de niños de diez años cruzó la calle, riendo con lo que parecía una alegría infinita. En la distancia, un hombre de cara sombría y en sus treintas se movía apresurado. Los niños probablemente iban para la academia, el hombre probablemente se dirige a su trabajo. Al lado de la calle, había una tienda donde se vendían desayunos en las mañanas como esa, su frente rodeado de amas de casa que hablaban con gestos divertidos.

Era el escenario usual de una mañana usual.

En esta mañana pacífica, Shikamaru caminaba por la calle principal que iba desde las inmensas puertas de la Aldea y que iban directamente a la residencia del Hokage. La calle terminaba detrás de la residencia, en el monumento a los antiguos Hokages, esculpidos en piedra para recordarlos.

El destino de Shikamaru era este. Tenía un pendiente allí.

Por lo general, cuando los shinobi tenían misiones que requerían que salieran de la aldea, salían por las puertas principales. No había ninguna regulación que lo estableciera, pero era algo similar a una tradición.

Los Anbu eran la excepción. Sus misiones, al ser altamente secretas, mantenían sus salidas ocultas de los ciudadanos de Konoha saliendo por puertas posteriores que ubicadas en la base de las montaña del Monumento de los Hokage.

Esa puerta trasera era el destino de Shikamaru. Esta vez la misión se iba a mantener en secreto de todos en la Aldea. Solo sabían Kakashi, una serie de shinobi mayores, y por supuesto Shikamaru y sus acompañantes, Rou y Soku.

Ya había cubierto su ausencia con una excusa. Si alguien preguntaba donde se había ido, dirían que andaba atendiendo asuntos de la Unión Shinobi en las afueras de la Aldea. El escenario ideal hubiera sido irse sin que nadie lo notara, y volver antes de que alguien lo echara de menos.

"¿Huh?" Tan rápido a como Shikamaru llego a las puertas traseras de la aldea, notó la presencia de un joven rubio en su campo de visión.

El rubio lo notó de vuelta.

"Mira, ¡qué si no es Shikamaru! ¿Adónde vas tan apurado?"

Nadie creería que ambos tenían la misma edad, el rubio con su sonrisa de niño que corría hacia él. Sus mejillas tenían tres rayas, parecidas a bigotes que cruzaban de lado a lado, sus ojos azules libres de duda o desconfianza.

"Yo debería preguntarte lo mismo, Naruto. ¿Qué haces despierto tan temprano?"

Uzumaki Naruto.

Él había sido el héroe que les había mostrado como acabar con la Guerra Ninja, el hijo del Cuarto Hokage. La Bestia de las Nueve Colas había sido sellada en su interior apenas recién nacido, y creció con nada más que desprecio a su alrededor. Y aun así, su meta de convertirse en Hokage nunca abandonó su mente, y parecía ser su destino. Ese era el tipo de hombre que era Naruto.

En este momento, era uno de los candidatos más fuertes para ser el sucesor de Kakashi.

"No podía dormir" dijo Naruto, "así que cuando me levanté esta mañana fui a comer ramen a Ichiraku de una vez, y ahora regreso a casa."

"¿Fuiste al restaurante tan temprano?"

"Ahora abren 24/7." Naruto parecía muy emocionado al respecto.

"No, me refiero a que fuiste a comer ramen a esta hora de la mañana..."

"¡Siempre es una buena hora para comer ramen! ¡Sea mañana, tarde o noche!"

"Oye, no es algo de lo cual deberías estar orgulloso."

"La mitad de mi cuerpo probablemente está hecha de ramen de cualquier manera." Dijo Naruto serio, sacando el pecho orgulloso.

Shikamaru suspiró.

Shikamaru Hiden: La Nube Que Flota Sobre El Silencio De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora