—Choi estaba en mi casa y ahora mismo estaba entre mis piernas, recostado en mi pecho mientras acariciaba sus negros cabellos. Todo iba bien hasta que empezó a hablar.—Podría casarme contigo, hacerte el más feliz del mundo y darte todo lo bueno. Suena tentador. — Alzó sus cejas mientras yo seguía dándole tacto a sus hebras.
—Sonaría tentador— Pinche su nariz —Si no fueses un perro— Aclaré acariciando más sus cabellos.
—Pero si suena tentador— Insistió.
—Pero no significa que aceptaré, además somos amigos— Obvié inmediatamente
—Porqué tus quieres eso— Se alzó de hombros acomodandose más en mi pecho.
—Ya— Solté dejando un vacío silencio.
—Yeonjun no volvió a abrir la boca en toda la noche. Porqué se durmió profundamente o al menos eso creí yo.