Segundo Libro de "Sex With Girls"
SPOILERS EN LA DESCRIPCIÓN ❗
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Tras el accidente en el año 2008, dónde la famosa Venus Morales pierde la memoria por tiempo indefinido; Tom regresa a Los Ángeles con un hueco en el corazón, uno que solo la chi...
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Tom.
A mitad de la noche me llegó una notificación. Así qué me levanté y fui directo a tomar mi celular, apesar de que mi visión era casi nula por la obscuridad y el increíble sueño que aún tengo.
Pero todo síntoma de querer volver a dormir se desvaneció cuando miré la noticia que acababa de recibir.
¿Venus Morales está de regreso?
La super estrella del rock, Venus Morales, más conocida por ser parte de la famosa banda Sex With Girls, ha sido recientemente vista en su país natal, México. Una fan nos hizo el enorme e increíble favor de mandarnos una foto. ¿PUEDEN CREER QUE SIGA IGUAL DE HERMOSA? Esa mujer nunca cambiará. Todos esperamos ansiosos el regreso de nuestra guitarrista favorita.
Agrandé la foto tanto cómo pude, haciendo zoom en su rostro. Estaba igual que antes. Igual de hermosa, con la piel morena, el cabello un poco más corto, complexión media, labios rosados, y una expresión confusa que resaltaba por su ceño arrugado.
Supe que mis sentimientos hacia ella no habían cambiado en lo absoluto, pues mi corazón se aceleró a más no poder solo por ver una bendita foto de Vee.
Tenía que encontrarla. Admiré el fondo de la imagen; parecía ser un parque, tomando de su mano había una señora de una edad más avanzada. Aunque a ella no se le veía la cara.
Estuve a punto de salir de mi cuarto, irme del hotel y simplemente ir a buscarla. Pero después de pensarlo bien, supuse que no sería buena idea, por lo que solo me tumbé en mi cama y le llamé a Bill.
No tardó en contestar.
—¿Hola?
—¡La encontré! —no pude evitar gritar.
—¿No deberías estar dormido? —me reprendió Bill.
—¿Eso qué carajos importa? —escuché su risa —¡Ha aparecido! ¡En las noticias! ¡Sigue igual de bella! ¡Hermosa!
—Vaya, tú no cambias. Estás igual de perdido. ¿Entonces que harás?
—Absolutamente volverla a enamorar con mis encantos.
—Tus encantos inexistentes, déjame decirte —me hice el ofendido ante ese comentario, y tan pronto cómo reino el silencio escuché sus carcajadas ruidosas.
—Pues encantos o no, ella cayó. Y lo hará de nuevo —sonreí con el ego más alto que cualquier rascacielos.
¿Pueden culpame por ser así? ¡Solo falta mirarme! Si un millón de chicas suspiran cada que paso a su lado, de seguro logro que Vee vuelva a hacerlo.
—Permíteme decirte, hermano mío, que Venus está ciega.
—¡Tenemos la misma cara! —exclamé con el entrecejo arrugado —¿Cómo puedes decir eso?
