¿𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒? -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-

02.

Tom.

Antes de tomar el dichoso vuelo, del cuál ya se había enterado David, tomé una veloz ducha; pero también debo decir que al principio él parecía estar en desacuerdo con la idea, hasta que dentro de su retorcida cabeza logró encontrar algo bueno de todo esto, y era que durante los meses que estaría fuera, él podría organizar perfectamente nuestro nuevo álbum, conciertos en distintas partes, horas de entrevistas, entre otras cosas. Aunque tampoco es cómo si su opinión fuera a impedir que esto ocurriera.
El punto de todo esto se concentra en el baño. Antes de quitarme cualquier prenda de ropa, retiré de mi cuello ambos guardapelos, pues el hecho de usarlos diario se han ido deteriorando de poco en poco, cómo la pintura, que ha comenzado a caerse. Dejé ambos accesorios en la cama, junto a la meta;  fueron quince minutos exactos los que tardé ahí dentro. Quince minutos.  Y cuándo salí, secando mis trenzas con cuidado y esmero, me llevé la muy ingrata sorpresa de que solo había un collar ahí. El mío; el de Vee no estaba, lo que me descolocó y enloqueció al mismo tiempo.

Me puse de la manera más rápida los pantalones holgados de mezclilla, y los tenis dando pequeño saltos, tomé mi playera roja antes de salir por la puerta y gritar el nombre de todas las personas que viven en el mismo lugar que yo.

—¡Bill! ¡Gustav! ¡Georg! —bajé las escaleras mientras me colocaba la playera —¡Bill! ¡Gustav! ¡Geo-

—¡¿Qué quieres?! —llegó el último nombrado, absolutamente fastidiado.

En tan poco tiempo el pánico subió por toda mi espalda, cómo si aquello que más necesitara estuviera yéndose de mis manos. Básicamente era estarse desangrando y no tener conocimiento alguno del porque sigues vivo. Casi igual.

Empecé con las señas en el momento en el que las palabras no podían salir desde mi garganta, habían quedado profundamente atoradas y no podía hacer nada al respecto.

Georg frunció el ceño e hizo su máximo esfuerzo por entenderme.

—¿Número uno? —ladee mi cabeza, en un intento de decir “más o menos” —O un objeto —asentí —Ohh, voy bien. ¿Ahora qué carajos haces? ¿Un perico? ¿Paloma? ¿Loro? ¿Águila? ¿Si quiera es un ave? —negué —¿Algo que vuela? ¿¡Qué es lo qué quieres de mi?!

—Creo que lo que imita es un avión —llegó Bill para salvarme; miraba todo con humor —¿Tú por qué no hablas?

—Está en crisis, no sé que le pasa —Georg se apartó, haciendo qué Bill se acerque.

—A ver, juguemos a las mimímicas —Bill frotó sus manos, cómo forma de prepararse. Inhaló y exhaló —Empieza.

—Suerte con eso —murmuró Georg.

Hice exactamente lo mismo que hice con Listing hace rato, e incluso más rápido porqué el tiempo se me acababa. Bill parecía pensativo, asimilando cada uno de mis movimientos, asentía y rascaba su barbilla cada determinado tiempo; hasta que me detuve y esperé a que hablara.