A Sorcesser's New Path: JJK

el jujutsu y el protector

Luego de su despedida tanto de la tumba de su abuelo como de sus amigos, el joven de cabellos rosas se preparaba para partir junto al hechicero más poderoso de la era moderna para volverse un hechicero oficial, haría todo lo que estuviera en su alcance para poder cumplir el último deseo de su abuelo...

Esa sería su condenación

- y bueno bienvenido a la academia de Tokyo del jujutsu!!- el vendado señaló la extensa edificación japonesa.

- increíble, y dónde está fushiguro?- había recordado al azabache del día del incidente.

- está dormido luego de recibir el tratamiento de la academia - siguió caminando con el joven a sus espaldas.- por cierto tienes una entrevista con el director!- le notificó el albino mirándolo.

- el director!?-

- si la cagas podría rechazar tu admisión, así que mantente calmado, de acuerdo?- esa sugerencia fue decepcionante para Yuuji.

- pensé que tú eras el líder, que decepción!- no pudo evitar gruñirle al vendado molesto.

- una jerarquía que no está basada solo en la fuerza es aburrida...- una boca se abrió en la mejilla del pelirrosa, fue Sukuna manifestándose.

- lo siento, sensei, sale a veces...-
El adolescente se palmeó la cara tapando la boca.

- que cuerpo más interesante el tuyo!- el albino afirmó con la mano en el mentón al ver cómo la boca resurgía en la mano.

- después de todo te lo debo, cuando me apodere del cuerpo del niño... tú serás el primero al que mate!!!- la abertura oral se curvo en una sonrisa malévola.

- bueno ya!! pa' fuera!!!- el pelirrosa batió la mano deshaciendo la boca.

- yo como objetivo del gran Sukuna? Es un honor!- declaró con gracia el hechicero mirando al frente.

- realmente es famoso!?- no pudo evitar preguntar el novato.

Satoru procedió a explicarle el origen conocido del rey de las maldiciones y como fue sellado en la era dorada de la hechicería sorprendiendolo.

- y si ustedes dos pelearán en su máximo, quien ganaría!?- ante esa interrogante, Satoru amplió su sonrisa.

- jeje, yo ganaría!- respondió el albino.

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- ( que sitio más aburrido, este espacio mental...)- el Sukuna se recostó en su propio dominio aburrido mirando el vacío negro.

La única tontería que podía esperar hacer era, valga la redundancia, esperar el momento en el que este mocoso decidiera permitirle salir por "x" o "y" razón, tener que esperar cientos de años para poder llegar a una época diferente y luchar contra rivales verdaderamente fuertes, y terminar encerrado en la casi inexistente materia gris de este útero especial llamado Yuuji.

Extendió sus labios para formar una sonrisa al oír la afirmación del albino a la pregunta del niño, eso era sin duda un reto.
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Yuki Tsukumo, una de los cuatro hechiceros de grado especial que existen actualmente se hallaba frente a un chico alto de complexión delgada pero fornido, de cabellos naranjas desordenados y un ceño fruncido, una herida en su cabeza escurría sangre manchando todo su lado derecho de la cara.