Capitulo 2

69 1 0
                                    



El viento agitado provocaba que mis cabellos se desordenaran y golpearan sobre mi rostro. Respiro profundo y el aroma del mar se filtra por mis fosas nasales. Las olas golpeteaban furiosas contra el barco provocando que este se sacudiera bruscamente. Gracias a ello me tambaleo al caminar sobre la plancha y puedo observar más de cerca lo que me depara mi futuro.

Un hombre obeso, sucio y sin dientes, el típico estereotipo de pirata presionaba su espada contra mi espalda. Mis dientes castañean a causa del frio por mis ropas húmedas y rasgadas. En un último suspiro miro al cielo y sostengo mi medallón en forma de cruz rogando al cielo por mi alma. El sujeto vuelve a empujarme y mis pies descalzos se aferran al borde de la plancha tratando de ganar unos segundos antes de caer.

Cierro mis ojos fuerte mente y salto, me siento caer al vacío solo unos cuantos segundos antes de sentir como unos fuertes brazos se enredan alrededor de mi cintura cayendo conmigo. O al menos eso era lo que pensaba hasta que siento como mis pies vuelven a tocar una superficie solida. Con temor abro mis ojos esperando encontrarme con el mismo hombre obeso de antes pero lo que veo es todo lo contrario, sus ojos mas azules que el mar mismo me observan intensamente como si mis ojos fueran una entrada a mi alma y descubriera todos mis secretos.

Es el, mi valiente pirata. De cabello rubio y barba de algunos días, sonriendo y mostrando una hilera de dientes blancos y perfectos. Aun sosteniéndome entre sus fuertes brazos, me aferra a él como si tuviera miedo de perderme. Mis ojos se nublan debido a las lágrimas que tratan caer. Estuve tan cerca de morir.

−Oh mi Sophiane - murmuró contra mi cabello mientras me abrazaba−. Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, la sola idea de perderte destrozaba mi alma.

−No me sueltes nunca -solloce aun en su pecho, las palabras saliendo amortiguadas debido a nuestra posición−. Eres mi salvavidas. Escogería mil veces la muerte si no puedo estar junto a ti.

−Nunca más mi vida - ahueco mi rostro entre sus grandes manos y inclino su rostro hacia mis labios−. Te amo mi bella Sophiane.

−Yo más mi valiente pirata−sonrío mientras siento las lagrimas de felicidad rodando por mis mejillas−. Estoy enamorada de Niall Horan, el pirata más buscado de los siete mares y que me condenen por eso− grite tan alto que ni al viento que aullaba podía opacarlo.

Mi hermoso pirata solo estallo en carcajadas para luego estampar sus labios con los míos en un beso salvaje pero cargado de mucho amor y....

− Despierten solecitos− gritaron en el mundo real mientras abrían las cortinas dandole paso a mi enemigo de apoderarse del cuarto. Como podrán notar mi enemigo es nada más y nada menos que la luz solar.

Gimo, mientras me retuerzo en mi cama y coloco una almohada sobre mi cabeza, como escudo contra los rayos asesinos del sol. Bueno, tal vez exagero, pero estoy muy seguro de que en mi otra vida fui una vampiresa, por mi continuo odio a la luz solar.

−Chicas..., ya levántense son las once y media de la mañana del último domingo libre antes de comenzar las clases mañana - grito Nina mientras me sacaba la almohada de la cara−. ¿Piensan quedarse todo el día durmiendo?

−Siiii...− gruñó Delanie desde el otro extremo de la habitación.

−Ay ustedes también -lloriqueo cruzándose de brazos−. Ya bastante tengo con la ogra de Camille que me gruñe por todo para que ustedes la imiten.

Suspiro para sentarme aun algo adormilada en la cama, bostezo mientras me estiro y refriego mis ojos. Ahora si puedo ver a Nina con más claridad, verla toda vestida y reluciente hace que desee golpearla. Quiero decir, quien esta despierta tan temprano un domingo y mas el último domingo libre y si te despiertas porque tienes que despertarme a mí también.

Razones Para OdiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora