5 meses después...
FAITH.
Ni el amor, ni la tristeza, ni la esperanza ni el deseo duran tanto como el dolor. Es el sentimiento más duradero, el más difícil de soportar y el más engañoso de todos los que el ser humano puede experimentar. El dolor es capaz de camuflarse, con el paso del tiempo, consiguiendo engañarte y haciéndote creer que la tormenta en tu interior ya ha pasado cuando, en realidad, simplemente te has acostumbrado a vivir bajo la lluvia y al sonido de los truenos.
Reconoces inmediatamente cuando te enamoras, quieras o no aceptarlo, los síntomas son claros. Sabes cuando ocurre y cuando se va, como si se tratase de una gripe. Ocurre lo mismo con la tristeza, sabes qué la ha causado y cuándo desaparece, como si el cielo nublado que hay sobre tu cabeza se despejase de repente. El deseo es similar a ambas aunque es mucho más efímero; supongo que es como el arcoíris.
Quizás la más dura de experimentar, junto al dolor, de todas ellas es la esperanza. Intentas mantenerla hasta el final, aferrarte a ella, como si fuera oxígeno, necesario para vivir y dar un paso más. Y, aunque sabes que todo ha acabado, intentas que no se escape de tus manos, como si esa fuera la solución a todos tus problemas. Puede que nos acojamos tanto a ella porque, en el fondo, sabemos que, si ella se va, el dolor se apoderará de nosotros.
No debemos confundir el dolor con la tristeza, ya que es el dolor el que tiñe nuestra alma y nos sumerge en la oscuridad.
Aunque pase el tiempo y mi flor haya seguido creciendo, el dolor ha permanecido en mí. Soy consciente de que nunca se irá.
—¡Vamos a comer sushi! —Xena me sorprendió, sacándome de mis pensamientos y pasando su brazo alrededor de mis hombros—. Nuestra vida se limita a ir a la universidad y trabajar, me duelen las pestañas de esforzarme tanto. —rodé los ojos.
Mi vida en Inglaterra no iba tan mal como me imaginaba y, si mis padres estuviesen aquí, incluso ellos se sorprenderían. Los estudios me iban bastante bien, había conseguido hacer amigos y un trabajo a tiempo parcial que me permitía ganar dinero para mis propios gastos. La familia que me había acogido era bastante encantadora (a excepción de sus hijos) y siempre intentaba colaborar económicamente en lo que pudiese, a pesar de que ellos se solían negar repetidamente.
—Tenemos que reservar un viaje e irnos lejos. Deberíamos coger unas vacaciones. —sugirió Tris apareciendo a nuestro lado mientras que se hacía una coleta alta.
Xena y Tris eran mis mejores amigas y, aunque el dolor nunca desaparecería, ellas conseguían que todo fuese un poco menos duro. Xena tenía la misma fuerza que una guerrera, todo parecía que saldría bien si permanecíamos unidas; mientras que Tris era como un oso de peluche. Supongo que cada una de nosotras dábamos una vibras tan diferentes que casi parecía increíble que fuéramos amigas.
—Claro, nos vamos a mitad de curso. —dije con ironía y colocándome un poco mejor mi mochila—. Y Xena y yo con trabajos a los que asistir.
Xena era una persona bastante similar a mí, quizás nuestras auras no eran similares, pero sí nuestras vidas. Ella no había perdido a sus padres, pero había crecido con su abuela debido a que sus padres renunciaron a ella cuando era muy pequeña. Siempre vestía de negro e incluso su pelo era negro como el azabache al igual que sus ojos. Su apariencia no era lo único que la hacía parecer una chica fuerte, sino que además lo era.
Tris, por el contrario, media un metro sesenta, era rubia y tenía unos grandes ojos saltones color avellana. Su vida, a diferencia de la nuestra, era mucho más sencilla. Provenía de una familia adinerada, sus padres se lo habían permitido y facilitado todo en la vida y no necesitaba un trabajo como Xena y yo para poder seguir adelante. Por esa misma razón muchas personas se preguntaban por qué se relacionaba con nosotras.
ESTÁS LEYENDO
El genio inglés.
Teen FictionLa vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos y no siempre estamos preparados para esos cambios. Intentamos mantenernos fuertes ante las adversidades, pero a veces los golpes son tan duros que acaban tumbándonos por completo. Faith siempre int...